
Apple no consiguió desatascar ayer las ventas del iPhone con la presentación de su última versión, que prescinde de la entrada de audio, es resistente al agua y cuyo modelos más ambiciosa -el Plus- incluye cámara dual. Tras conocer estos detalles, los analistas han recortado las previsiones de ventas del smartphone, del que depende el 60% de la cifra de negocio total del gigante de la tecnología.
En julio, Apple (AAPL.NQ) insistió en celebrar que los iPhone vendidos en todo el mundo habían batido la cifra de 1.000 millones desde que el primer smartphone de la manzana salió al mercado en 2007. La campaña de marketing no escondió que, días antes, las ventas del teléfono habían caído un 23% entre marzo y mayo, respecto al mismo periodo del año anterior.
Muchos expertos esperaban que el iPhone 7 reparara esta desaceleración de las ventas del producto estrella del gigante por el agotamiento del producto y la competencia de otras grandes tecnológicas, sobre todo de Samsumg. Pero la presentación de la nueva versión ha sido entendida como una patada hacia delante del cuestionado sucesor de Steve Jobs, Tim Cook.
Hasta cinco analistas del consenso que reúne FactSet han recortado un 2,25% (ver gráfico) las estimaciones de las ventas que esperan que alcance el iPhone tanto para el cierre de este año como para el del próximo. Lastrado por el peor comportamiento del smartphone, la cifra de negocio total en 2016 caerá a 215.322 millones de dólares, un 8% menos respecto a los 233.715 millones que ingresó en 2015.
Apple presume de escuchar más al cliente en la era Tim Cook, pero, aunque su oferta ha crecido mucho en los últimos cinco años para adaptarse a los usuarios -iPhones y iPads de varios precios y tamaños lo atestiguan-, no puede disimular la fatiga de sus productos.
El más novedoso es el Apple Watch, que nació directamente en varias versiones y para el que se pueden comprar multitud de correas diferentes. Este intento por diversificar sus ingresos no ha impedido que la dependencia del iPhone se haya incrementado año a año. Su producto estrella ha pasado de suponer un 42,5% de la cifra de negocio anual de Apple en 2011, a un 66,3% durante el pasado ejercicio.
En bolsa, Apple cotizó la presentación del iPhone 7 con apatía: subió un 0,61%. Cierto es, eso sí, que generó un volumen de negociación superior al de las últimas sesiones -duplicó la media del último mes-.
En la misma línea, de momento, las firmas de inversión que siguen la cotización del gigante han reiterado las recomendaciones que emiten sobre sus acciones a excepción de Wells Fargo, que ha pasado de aconsejar adquirirlas a recomendar mantenerlas. Para el conjunto del consenso, Apple no pierde la recomendación de compra desde 2011. Actualmente, un 83% de los analistas apoyan esta recomendación.