
Con la incertidumbre económica por montera y el hastío veraniego todavía presente parece que la deuda pública emitida por soberanos a lo largo y ancho del mundo sigue incrementando su riesgo.
Según un análisis realizado por la consultora IHS Global, el número de rebajas de calificación llevadas a cabo por las distintas agencias de rating superó con creces al número de mejoras entre los meses de abril y junio. Un hecho fomentado no sólo por la volatilidad que seguimos viendo en los precios de las materias primas sino también por eventos geopolíticos, como la votación a favor del Brexit.
Así, en el segundo trimestre del año, se registraron un total de 61 rebajas de calificación soberana frente a las 19 mejoras realizadas por entidades como Moody's, Standard & Poor's y Fitch. Estas cifras implican que por cada tres acciones negativas por parte de estas compañías sólo se mejoró la nota de un país.
"Durante el segundo trimestre las rebajas de calificación relacionadas con las materias primas alcanzaron niveles récord", reconoce Jan Randolph, el director de riesgos soberanos de IHS Global. "Las reducciones de rating instigadas por las materias primas afectaron especialmente a países de África y Oriente Medio", señala al mismo tiempo que "los riesgos asociados con la decisión del público británico de abandonar la Unión Europea motivó rebajas para Reino Unido", matiza.
En este sentido, no debemos olvidar que las tres grandes calificadoras rebajaron inmediatamente la calificación del país tras conocerse el resultado a favor del Brexit tras el referéndum celebrado el pasado 23 de junio. S&P arrebató la triple A, la nota crediticia más preciada por cualquier soberano, y dejó el rating británico en AA con perspectiva negativa. Por su parte Fitch sólo castigó al país con una rebaja de medio escalón hasta AA, eso sí, también mantuvo la perspectiva negativa. La agencia de rating Moody's rebajó las perspectivas para Reino Unido de "estables" a "negativas", después de que el país decidiera salir de la Unión Europea.
"Además de la incertidumbre política que enfrenta Reino Unido como resultado del referéndum, que impulsó por si mismo una serie de rebajas, el Reino Unido enfrenta riesgos específicos sobre su calidad crediticia por su dependencia en la entrada de inversión extranjera para financiar su déficit por cuenta corriente, en estos momentos en niveles récord", aclara Randolph.
En lo que a las materias primas se refiere y pese a la relativa recuperación de los precios desde los mínimos alcanzados a comienzos de este año, países como Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Baréin y Oman, entre otros, han sucumbido y sido víctimas de una retahíla de rebajas en sus calificaciones tras las previsiones que apuntan a unos precios bajos del crudo durante más tiempo de lo inicialmente previsto.
"Por primera vez muchos de estos países comenzarán a emitir deuda doméstica a los mercados públicos en cantidades significativas para poder hacer frente a sus déficits fiscales", incide el director de riesgos soberanos de IHS. En África, países como Mozambique, Nigeria y Angola han sido los principales centros de atención en lo que a las rebajas de calificación se refiere, ante la presión a la baja en los precios de las commodities. En América Latina, Brasil sigue sufriendo los efectos de los escándalos por corrupción política y el impeachment de su presidenta, Dilma Rousseff.
Un informe publicado por Fitch el mes pasado ya avisó que el año en curso podría registrar una cifra récord de rebajas de calificación. Sin embargo, los efectos derivados de los estímulos implantados por bancos centrales como el europeo o el nipón, con su ingesta de bonos soberanos, ha reducido considerablemente los costes de financiación de deuda pública que en algunos casos, como la deuda a 10 años de Reino Unido, ha llegado a tocar mínimos históricos pese a la resaca dejada por el favor popular hacia el Brexit.