
Por lejano que parezca el dato de rentabilidad de la deuda pública, muchos ahorradores perciben en sus bolsillos la relajación que viven los bonos españoles.
Y no es necesario que hayan comprado directamente títulos del Tesoro. La deuda soberana a 10 años ha cruzado la frontera del 1% en los mercados por primera vez en la historia y el Estado es el principal beneficiado, ya que la caída implica un ahorro en los costes de financiación, es decir, que logra pagar menos por que los inversores le presten dinero. Pero la rebaja también afecta al ahorro privado, donde la renta fija juega un papel importante.
En algunos casos, se traduce en ganancias, pero también complica las vías para obtener rentas y, sobre todo, no hay que perder de vista que esta situación no es eterna.
1.- Ganancias para quienes compraron deuda pública. Los inversores que adquirieron deuda del Tesoso español a comienzos de año están cosechando importantes ganancias. Como ejemplo, el bono español ha permitido ganar un 7% desde enero simplemente por un cambio de precio -cuando la rentabilidad se estrecha, como en este caso, se debe a una subida de precio-.
"Esto es porque el activo se revaloriza y se puede vender a precios más altos que a los que se compró", aclara Jaime Sémelas, director de análisis de Value Tree. Buscando como paralelismo a las acciones, es como si comprase telefónicas a 10 euros y hoy estuviesen a 11 euros; si las vende, obtendría la diferencia. "Pero, además, su rentabilidad, en porcentaje, obtenida por el pago del cupón no se ve modificada, ya que ésta siempre se calcula sobre el precio de adquisición y no sobre el de mercado", explica Sémelas.
2.- Los fondos siguen sumando rentabilidad... y partícipes. No solo los particulares que compraron deuda pública están sacando provecho de la situación, sino que la mayoría de fondos de inversión que suman ganancias para sus partícipes este año lo logran precisamente gracias a la renta fija, ya que los que tienen exposición a bolsa están soportando que la española pierda más de un 9% en 2016.
Entre los productos que se comercializan en España, la renta fija aún es el activo por excelencia y los que se centran exclusivamente en deuda siguen atrayendo partícipes este año, siendo la segunda categoría donde más dinero entra, según datos de Inverco. Los productos de deuda del Tesoro español ganan de media un 0,7%, según datos de Morningstar, pero hay fondos como el Amundi Fondtesoro Largo Plazo FI o el Caixabank Fondtesoro LP Premium FI que suman casi un 3 %. Los fondos de renta fija europea vendidos en España incluso ganan un 3,5% en 2016 ante al revulsivo que han supuesto las compras de deuda del BCE.
3.- Se recrudece la falta de activos conservadores rentables. Mientras para algunos ahorradores la caída en la rentabilidad del bono es sinónimo de ganancias porque compraron a precios más bajos, aquellos que se plantean invertir ahora deben asumir más riesgo y menos rentabilidad. ¿Por qué? Al adquirir un bono, el Estado les pagará el mismo cupón, sin embargo, al comprar el título más caro, la rentabilidad real que obtiene es inferior.
Ese 1% en el que se sitúa ahora la deuda española a 10 años en el mercado es precisamente el rendimiento que obtendría un ahorrador que compre ahora, mientras que la inversión para los que entraron en estos mismos bonos soberanos hace tres meses era del 1,6%. La renta fija pierde así atractivo día a día, mientras otras alternativas conservadoras como los depósitos siguen hundidas en prácticamente cero.
4.- ¿Queda más recorrido para 'exprimir' la caída del bono? Casi nadie se planteaba hace unos meses que las rentabilidades actuales fueran posibles. ¿El bono español a 10 años ofreciendo solo un 1%? Es más, la deuda a 3, 6, 12, 18 meses e incluso a 3 años cotiza con rendimientos negativos. Aunque la burbuja en renta fija no acaba de estallar gracias a que cuenta con un comprador fiel del calibre del BCE, los riesgos cada vez son mayores.
"Si un inversor entra hoy en un fondo de deuda española con un horizonte de 3-4 años, debe ser consciente de que va a perder dinero", sentencia Javier Rillo, gestor de Ibercaja Gestión. "Para obtener un rendimiento del 5% deberíamos ver al bono español a 10 años bajar al 0,7-0,75%. Es posible, pero se asume un gran riesgo", considera Rillo.
5.- El Tesoro intenta proteger a los particulares. Fue en agosto de 2014 cuando el Estado se encontró por primera vez a las puertas de financiarse casi gratis. Por ello, para proteger al particular en las subastas que pudieran salir a tipos negativos, el Tesoro cambió la normativa de adjudicación de manera que el pequeño inversor nunca pagará en las subastas.
Pero los expertos creen que quienes compren ahora bonos o fondos de deuda pública tendrán difícil librarse de las pérdidas, pues ven más opciones de un repunte en las rentabilidades. Si el 10 años sube al 2% en un año, "se asumiría una pérdida anual del 7%", como plantea Javier Rillo, por la caída que implica en el precio.