
Ryanair presentó ayer los resultados de su primer trimestre fiscal en línea con lo que se esperaba. Incluso algo peor. Sin embargo, la ausencia de sorpresas negativas y el optimismo de la aerolínea low cost desataron la presión alcista ante las incertidumbres que han pesado sobre el sector en los últimos meses: el Brexit y el terrorismo en Europa.
Los inversores compraron el plan de choque que presentó Ryanair y su intención de arañar pasajeros a los grupos rivales. Anunció que reducirá del precio de los billetes para atraer más pasajeros y contrarrestar la caída de la demanda que pueden propiciar la salida de Reino Unido de la Unión Europea y los ataques terroristas.
Según las previsiones de la compañías irlandesa, sus aviones transportarán a más 117 millones de pasajeros en el presente ejercicio fiscal, que empezó en marzo, un 10% más que durante el pasado curso. Ryanair también mantuvo su objetivo de ganar 1.380 millones de euro al cierre del año.
Sus acciones llegaron a repuntar un 7,20% durante la sesión de ayer, su mayor subida intradía desde el 9 de septiembre, según recoge Bloomberg, y terminaron la sesión con ganancias superiores al 5%. Hoy, se mantenían planas. Eso sí, aún pierden más de un 15% desde niveles pre Brexit.
Los analistas que revisaron las recomendaciones que emiten sobre los títulos de la aerolínea de bajo cote no cambiaron sus posturas y para la media del consenso de mercado cuentan con potencial alcista del 30%, hasta los 14,86 euros en los que sitúan su precio objetivo.
"Lo importante es que la flexibilidad de Ryanair", considera Mark Simpson, analista de Goodbody, quien se refiere a su capacidad de adaptación ante el menor tráfico en los aeropuertos de Reino Unido.
Ni la depreciación de la libra, ni las huelgas, ni el terrorismo han impacto con severidad, hasta el momento, en Ryanair y los analistas esperan que siga siendo así gracias a su empeño por "estimular la demanda" y a "sus bajos costes".