
Con el ?Brexit? y las elecciones en el horizonte la operación se complica para la ?teleco? que necesita reducir su endeudamiento y continúa la búsqueda de alternativas tras el rechazo a la fusión de O2 y Hutchison. Algunos analistas creen que sacar al parqué ahora el negocio de torres de telecomunicación sería una decisión ?suicida?, porque minimiza su valor
Durante los últimos meses todo se ha torcido en el Reino Unido para Telefónica. Si hace solo unas semanas el regulador europeo impidió la fusión de O2 con Hutchison, ahora el Brexit ha castigado su cotización hasta llevarla a mínimos de 2003 y, además, llena de incertidumbre el mercado justo a las puertas de que la compañía decida la semana que viene si saca a bolsa su filial de infraestructuras Telxius (oficialmente no está suspendida, pero sí oficiosamente). Asimismo, sigue pendiente la posibilidad de colocar en mercado O2. Para Dhananjay Mirchandani, analista de Bernstein, cree que seguir adelante con ambas operaciones sería "suicida".
Según explican fuentes de mercado, la compañía ahora presidida por José Manuel Álvarez-Pallete tenía planeado decidir la próxima semana, ya con los resultados del 26-J encima de la mesa, si saca Telxius al parqué -una operación en que la compañía considera que la filial podría alcanzar un valor de 5.000 millones de euros-. Sin embargo, tras la caída de ayer -teniendo en cuenta a sus comparables europeas-, su valoración se quedaría en torno a los 3.000 millones de euros, si bien es cierto que resulta complicado encontrar compañías del mismo perfil por la dificultad que entraña valorar el cable submarino y porque la teleco aún no ha especificado si añadirá más activos a la compañía para aumentar su valor.
Según recoge Bloomberg, el trato podría retrasarse hasta septiembre o incluso más tarde, si bien en el horizonte también se asoman las elecciones de noviembre en Estados Unidos, que, con la amenaza de Donald Trump, se antoja también como un periodo complicado para el mercado.
Otra de las operaciones que podría verse paralizada es una supuesta colocación de O2. Y es que tras el veto de las autoridades europeas a la fusión con Hutchison, la teleco está buscando alternativas para reducir su endeudamiento -en este marco se incluye la operación de Telxius- y el mercado ya ha comenzado a especular sobre una supuesta colocación en el parqué de la filial británica ante la necesidad de Telefónica de reducir su endeudamiento.
La propia compañía ha admitido estar "considerando seriamente" esta posibilidad. La teleco se ha fijado como objetivo reducir su ratio deuda/ebitda hasta las 2,35 veces y el negocio en Reino Unido se presentaba como la mejor oportunidad para lograr su propósito. Según recoge el último informe de JP Morgan sobre la compañía, desde Moody?s han subrayado "las múltiples herramientas de desapalancamiento de Telefónica", pero también han explicado que, teniendo en cuenta la escala de la reducción de deuda necesitada, "una venta de O2 es la solución más creíble para mantener su calificación crediticia".
Dhananjay Mirchandani, analista de Bernstein, explica que "nuestra visión es que en un ambiente de mercado como el actual, donde el apetito por el riesgo es próximo a cero, sería suicida continuar con el proceso de colocar O2, que es un activo encallado y colocar en bolsa un negocio hambriento de inversiones en bienes de capital".
En esta misma línea, según explican desde Kepler Cheuvreux en una nota a sus clientes, la salida del Reino Unido de la Unión Europea podría deteriorar el valor de la unidad del Reino Unido en un 20 por ciento y hacer más difícil su reestructuración. Mientras, desde Jefferies indican que "una libra más débil resta valor al negocio del Reino Unido". Y es que el mercado está pendiente de saber qué pasará con el dividendo en metálico de Telefónica.
Un año complicado
Primero con las turbulencias provocadas en el mercado por china y luego por la incertidumbre política, este ha sido un año complicado para las salidas al mercado. A nivel global las colocaciones en bolsa han alcanzado un valor de 27.280 millones de euros en lo que va de año, lo que supone el segundo peor año desde que comenzó el milenio a estas alturas. En España han sido tres las compañías que han dado el salto al parqué y su periplo inicial no ha sido muy exitoso -de hecho, Telepizza tiene el dudoso honor de haberse anotado la peor salida a bolsa en la historia-. Así, 2016 se convierte en el peor año de saltos al mercado bursátil desde 2013.