
Las firmas chinas tendrán que seguir esperando para incorporarse en los índices de renta variable globales que elabora Morgan Stanley Capital International -MSCI-. Por tercer año consecutivo, la bolsa del gigante asiático se queda fuera del selectivo MSCI Emerging Markets Index, a pesar de que durante las últimas semanas las autoridades chinas han estado en estrecho contacto con la firma, dando algunos pasos para favorecer la decisión de MSCI -a finales de mayo, por ejemplo, se relajó el límite que se establece para suspender la cotización de las empresas, cuando la volatilidad es elevada-, y que muchos expertos, como Goldman Sachs, esperaban que en esta ocasión se diese el visto bueno a su admisión.
El proveedor de índices ha acompañado su veredicto con una explicación, destacando que todavía existen problemas para los inversores en el mercado chino. Una cuestión importante, según MSCI, es la dificultad que hay de introducir y sacar dinero del país sin ningún tipo de límite. Y es que, según explican fuentes de The Wall Street Journal, el hecho de que sólo se pueda repatriar cada mes un 20% de los activos invertidos en China durante el año anterior, refleja los problemas que pueden encontrar los inversores para sacar su dinero.
Mantiene la calma
La sesión bursátil en China fue tranquila después de conocerse la decisión de MSCI: el selectivo Shanghai Stock Exchange subió un 1,58% durante la jornada, el avance más fuerte que ha experimentado en el mes de junio.
Esto contrasta con lo ocurrido en 2014, cuando, apenas dos días después de anunciarse la misma resolución, y debido a los miedos que existíansobre si el país será capaz de reformar su economía y orientarla hacia el consumo, la bolsa china inició un desplome que, hasta hoy, se ha comido un 44% de su precio desde que tocó máximos el 12 de junio de 2014.