
La euforia generada por Airbnb o Uber tocó su punto álgido a mediados de 2015, cuando los inversores y entidades de capital de riesgo apostaban por estas compañías basadas en la economía colaborativa y los servicios "on demand" (o bajo demanda) a la hora de plantar cara a empresas convencionales en sectores que varían desde el transporte, la comida a domicilio o los servicios de limpieza, por nombrar algunos. Sin embargo, la financiación a esta clase de startups sigue sufriendo un recorte sustancial, que continuó agudizándose en el primer trimestre del año.
Según datos recopilados por la consultora CB Insights y KPMG, en los tres primeros meses del año, la financiación global en toda clase de startups cayó un 8% con respecto al trimestre anterior, hasta tocar los 25.500 millones de dólares. Una dinámica que se deja notar también dentro del sector de servicios bajo demanda que no sólo incluyen a Uber y Airbnb sino a otras startups como Blue Apron, Munchery, Chef´d, Homejoy, TaskRabbit o FlyCleaners.
El año pasado, los inversores llegaron a distribuir hasta 17.900 millones de dólares en esta categoría a través de un total de 244 operaciones. Dicho esto, la tendencia comenzó a desinflarse en el tercer y cuarto trimestre de 2015. En los tres primeros meses de 2016, las inversiones en este sector han caído hasta los 1.300 millones de dólares, su menor nivel desde comienzos de 2014.

Al fin y al cabo, pesos pesados de esta categoría, como Uber, Didi Kuaidi y Airbnb, fueron los responsables de hinchar la burbuja generada desde mediados de 2014 en el mercado privado. Estas tres compañía acumularon un 65% de la financiación destinada al sector bajo demanda en los 9 primeros meses del año pasado, lo que supone más de 10.300 millones de dólares.
Desde el año pasado, las tres entidades han frenado sus operaciones en busca de captar más capital, algo que ha fomentado que el interés dentro del sector haya caído durante los dos últimos trimestres.
Dejando de lado a estos tres reyes de la economía colaborativa y bajo demanda, las operaciones de financiación que han marcado el arranque del año siguen respaldadas por inversiones en startups relativamente importantes.
Por ejemplo, en enero, General Motors realizó una inversión de 500 millones de dólares en Lyft, lo que supuso cerca del 45% de la cantidad total de financiación registrada por el sector bajo demanda. La segunda mayor operación tuvo como protagonista a DoorDash, que recibió una inyección de 127 millones de dólares.
