
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha presentado hoy en Washington su Informe sobre Estabilidad Financiera Global (GFSR, por sus siglas en inglés) donde estima que los mercados emergentes necesitan reforzar su capacidad de resistencia a los factores mundiales adversos. Entre la lista de riesgos se incluyen la desaceleración del crecimiento, el descenso del precio de las materias primas y unas condiciones de crédito más restrictivas, en un entorno de mayor volatilidad de los flujos de inversión de cartera.
Una situación que se complica aún más por el incremento en el apalancamiento de las empresas no financieras, especialmente las relacionadas con el sector energético, que sufre las consecuencias de los bajos precios del crudo. "El vínculo entre las empresas estatales y las entidades soberanas se ha intensificado, y podría provocar un aumento de los riesgos para la estabilidad fiscal y financiera en países que experimentan presiones de reembolso", estima el documento.
En pasadas ediciones del GFSR, los expertos del Fondo ya advertían sobre el persistente aumento en el endeudamiento empresarial de muchos países emergentes, a medida que su capacidad de devolución ha ido disminuyendo. El equipo liderado por el español José Viñals, director del Departamento Monetario y de Mercados de Capital del FMI considera en la última edición de este informe que la deuda de empresas no financieras con una capacidad reducida de enfrentar los pagos de la misma ha aumentado hasta los 650.000 millones de dólares.
Los datos sugieren que el deterioro de los fundamentos empresariales es más pronunciado en Asia, especialmente en China y se mantiene elevado en Latinoamérica, Europa del Este, Oriente Medio y África. Así, según estiman desde la institución aproximadamente el 12% del total de la deuda corporativa de la muestra de compañías entre los mayores países emergentes.
Los expertos del Fondo también determinan que el papel que juegan las empresas controladas por los gobiernos soberanos en lo que al apalancamiento se refiere es importante. Los indicadores sobre el saneamiento de las empresas y la deuda en riesgo de impago entre las compañías estatales registra niveles similares de deterioro a los de 2010, incluso si se excluye China, ya que parte de estas empresas públicas están relacionadas con la energía. De hecho, el GFSR advierte que las compañías del sector energético han emitido deuda a su mayor nivel desde 2012, particularmente en Colombia, Nigeria y Rusia.
El deterioro de los balances de las compañías no financieras, especialmente aquellas en manos del gobierno, podría hacer que el acceso a los mercados financieros de estas empresas se reduzca sensiblemente dificultando así su refinanciación.
Esta situación alimenta una espiral bajista en los países donde buena parte del sector empresarial está atado a los gobiernos. Por ejemplo, en Brasil, el deterioro en el perfil de deuda del soberano, la presión fiscal y la recesión económica ha contribuido a incrementar la prima de riesgo de Petrobras. En otros escenarios, los pasivos empresariales, de descontarse completamente, podrían empeorar las dinámicas de deuda del soberano.