
Era cuestión de tiempo que las señales de agotamiento que muestra la renta fija desde hace meses, con rendimientos históricamente bajos, empezaran a cobrarse las primeras víctimas. La deuda periférica (excluyendo a Grecia, que distorsionaría la media), provoca minusvalías del 0,7%, de media, en las carteras de los inversores que tuvieran sus bonos a comienzos de año.
No solo de las bolsas, los inversores también salen hoy de toda la renta fija periférica. La rentabilidad del bono español a una década ha aumentado del 1,72 al 1,76% (el mercado de deuda funciona al revés, un repunte de su interés exigido está provocado por una bajada de su precio). Por eso, quienes tuviera papel español a una década en sus carteras a desde el pasado 1 de enero ya pierden un 0,12%.
Claro que no es el único. Estas minusvalías las supera, y con creces, su homólogo italiano, con el que se tienen pérdidas del 0,74% en el mismo periodo, y ni que decir tiene el portugués, cuyo precio ha caído un 1,11% incrementándose, por ende, su rentabilidad del 2,26 al 2,86%.
Pérdidas en las carteras
Un comportamiento que ya se empieza a ver reflejado en las carteras de fondos. Según los datos de Morningstar, en lo que va de año el 37% de los productos que tiene en sus carteras deuda diversificada en euros ya está asumiendo pérdidas en sus carteras. Y eso que a comienzos de año la inestabilidad vivida en las bolsas provocó que los inversores buscaran cobijo en los bonos. Ya no vale ni siquiera eso.
La deuda estadounidense está asumiendo el rol de cobijo y el rendimiento de su bono a diez años ha marcado hoy nuevos mínimos de diciembre de 2012, al caer hasta el 1,6%. El interés exigido por su papel a dos años también cae, hasta el 0,7%, señal de que "el mercado no descuenta subidas de tipos este año", indica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Compras, también, de bonos alemanes, cuyo rendimiento cae hasta el 0,16%, ahondando en nuevos mínimos de abril del año pasado. Con él se gana ya casi un 3% en lo que va de año.