
Con las caídas superiores al 5% que ha registrado el barril de Brent en la sesión, su precio ha ido hasta niveles que no se visitaban desde 2004 por debajo de los 35 dólares. El West Texas ha caído un 4%, hasta mínimos de 2009 en los 34,5 dólares.
Lejos de mejorar la situación del crudo, con el inicio del nuevo año el precio del oro negro sigue moviéndose a la baja. Y es que, sólo en la sesión de hoy, el Brent, el barril de referencia en Europa, se desplomó alrededor de un 5,4%, lo que le devolvió a niveles que no visitada desde 2004 cotizando por debajo de los 35 dólares. Con esta nueva caída, el balance de lo que llevamos de 2016 ya significan unas pérdidas cercanas al 7%. Esto se suma a la caída del 35% que registró en el pasado ejercicio 2015, el que fue su tercer año consecutivo de pérdidas, lo que nunca había ocurrido desde que en 1988 Bloomberg comenzó a tomar registros.
La misma suerte ha corrido el petróleo estadounidense, el West Texas, que en la última jornada retrocedió hasta niveles que no visitaba desde 2009 en la zona de los 34,5 dólares tras dejarse en torno a un 4%. El barril norteamericano suma así unas pérdidas en lo que llevamos de ejercicio que superan el 7% lo que se añade a la caída del 30,5% registrada en 2015, su segundo año consecutivo de pérdidas en lo que es la racha bajista más prolongada desde 1998.
Ninguno de los dos barriles ha conseguido cerrar con alzas ninguna de las tres sesiones bursátiles que llevamos en 2016. Y todo ello a pesar de que las tensiones crecientes en Oriente Próximo serían motivo más que suficiente en condiciones normales para incrementar su precio.
Lo que en un primer momento les causó alzas que llegaron a ser del 4% fue la ruptura de relaciones entre dos de los miembros más importantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): Arabia Saudí e Irán. Sin embargo, la esperanza inicial que estimaba que con el conflicto se podría reducir la producción, ayudando de este modo a aliviar la superabundancia mundial de crudo, se ha ido tornando hacia un temor que sugiere que con las nuevas tensiones, llegar a un acuerdo para reducir la producción será más complicado para la organización. Y es que, a pesar de la ruptura de relaciones, los suministros continúan superando a la demanda.
Subida de inventarios y China
Pero no sólo las tensiones en Oriente Próximo merman las posibilidades alcistas. A ello se le añade la situación de China que el pasado lunes publicó que en el mes de diciembre el índice PMI de la fabricación se situó en los 48,2 puntos, lo que decepcionó a los expertos que estimaban que se colocaría en los 48,9 puntos. Además, también fue más reducido que los 48,6 puntos del mes de noviembre. Dos días después, el gigante asiático ha procedido a debilitar de nuevo su moneda, el yuan, lo que devuelve a los inversores los temores que ya se padecieron el pasado agosto y que tuvieron como resultado el crash de la bolsa del 24 de agosto. Con las muestras de debilidad, se estima que la demanda del país, principal consumidor de materias primas del mundo, se irá reduciendo lo que provoca caídas en los recursos básicos, entre ellos el petróleo. Por ello, el Bloomberg Commodity Index, índice que pondera la cotización de las materias primas, se ha dejado en 2016 más de un 2%, lo que le sitúa muy cerca de los mínimos de 1999 que marcó el pasado diciembre.
Con toda esta situación también entra en escena Estados Unidos. La primera economía mundial acabó con 40 años de prohibición de exportación de petróleo con la salida de un petrolero de ConocoPhillips y NuStar Energy con destino a una refinería en Suiza, según dieron a conocer fuentes de Bloomberg. En las semanas previas, el Gobierno de Estados Unidos firmó la ley que acababa con la prohibición de exportar petróleo que se había mantenido desde mediados de los años 70, en respuesta al llamado embargo petrolero árabe.
Además, según señalan fuentes de Bloomberg, la Agencia de Información Energética ha publicado que las existencias en Cushing, Oklahoma, el mayor centro de almacenamiento de petróleo de los Estados Unidos se incrementaron en 917.000 barriles la semana pasada, lo que significa marcar un nuevo máximo histórico. Sin embargo, a nivel nacional los suministros de crudo se redujeron en la última semana del año. En concreto, cayeron en 5,09 millones de barriles hasta los 482,3 millones.