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Poca renta fija y muy selectiva

Aunque las altas rentabilidades que ha ofrecido la deuda en los últimos años serán misión imposible de aquí en adelante, en el universo de renta fija existen alternativas que podrían seguir siendo rentables si no quiere descubrir que es un activo con el que se puede llegar a perder dinero. Se trata de los bonos ligados a la inflación, los flotantes, la deuda corporativa y el ?high yield?

Los expertos coinciden en señalar que las expectativas en 2016 de lograr rentabilidad en renta fija, condicionada por un precio del dinero que cuesta nada, son escasas. Los tipos de interés en mínimos históricos no han dejado a los inversores otra opción que asumir más riesgo para generar rentabilidades.

2015 ha servido para desmontar el mito de que la renta fija es un activo tranquilo, por eso los profesionales advierten de que hay que acostumbrarse a la volatilidad. Ahora bien, para obtener ganancias la clave es ser selectivo. Los bonos flotantes (ligados a la inflación), la deuda corporativa, la renta fija ligada a la inflación y el high yield son las ideas que más se repiten en las perspectivas de las gestoras de cara al próximo ejercicio.

Andrew Wells, director mundial de inversiones de renta fija de Fidelity, pronostica un buen comportamiento de la deuda corporativa en 2016: "Aunque los fundamentales crediticios se deterioraron de nuevo este año, especialmente en Estados Unidos, la ampliación de los diferenciales en 2015 ha creado oportunidades por valoración", sugiere el experto, indicando que los diferenciales entre distintos activos se mueven cerca de sus máximos de tres años. "Los bonos con calidad crediticia, los bonos de alto rendimiento y la deuda emergente se perfilan para la recuperación", añade. También los híbridos (bonos con características de acciones): "Son una de nuestras grandes apuestas en 2016", recalca.

En lo que parece haber consenso entre las casas de inversión es en que la deuda ligada a la inflación será una clara apuesta para 2016. Y es que con la expectativa de que se produzca un repunte de los precios (del IPC), estos bonos, cuyo rendimiento es variable y dependiente de la evolución de la inflación, tienen todo a su favor para lograr ganancias. Así pues no extraña que desde Ahorro Corporación afirmen que "los bonos ligados a la inflación ganan atractivo" de cara al próximo año.

De igual modo, la deuda flotante podría ser un activo que aporte rentabilidades a las carteras el próximo ejercicio. A diferencia de la deuda convencional que paga intereses fijos, en estos títulos el cupón no está fijado sino que se acuerda un diferencial que se añadirá a un tipo de referencia que, en Europa, suele ser el euríbor. Funciona de forma similar a las hipotecas: los intereses cambian periódicamente porque se van revisando según evolucione el euríbor (en este caso, trimestralmente). Tras la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, es un activo "que puede recoger ese potencial de subidas de interés", valoran los expertos, ya que el precio oficial del dinero que fijan los bancos centrales mueve la referencia del euríbor, por lo que si éste sube, aquél también, provocando plusvalías al inversor.

No son las únicas. La deuda corporativa también gana atractivo en el entorno actual, tanto que desde Amundi consideran que "es uno de los pocos oasis de rentabilidad en una eurozona desierta de rendimientos". "Representa menos de un cuarto de la deuda pero tienen un 80 por ciento del rendimiento que aún se puede comprar hasta un vencimiento de 5 años", justifican.

Por su parte, Bob Jolly, director de estrategia en renta fija de Schroders, añade a esto que "la deuda corporativa de alto rendimiento está todavía menos expuesta a las variaciones en política monetaria y, al igual que la deuda con grado de inversión, la volatilidad y la aversión al riesgo del tercer trimestre han reajustado las valoraciones hasta el punto de que ciertos segmentos ofrecen atractivo". A primera vista, las valoraciones son atractivas en Estados Unidos, pero en Europa se da una mejor combinación de factores, lo explican desde Fidelity: "A diferencia de la Fed, el BCE probablemente relaje aún más las condiciones monetarias en 2016, posiblemente con recortes del tipo de los depósitos y una ampliación del programa de relajación cuantitativa, que podría englobar también los bonos corporativos".

En 'high yield', hay que ser selectivo

Otra categoría que puede encajar bien en este contexto es el high yield, apoyada por las políticas de los bancos centrales. "Está menos expuesto a subidas de tipos", consideran desde Banca March, "aunque hay oportunidades interesantes siendo selectivos", añaden. No obstante, desde Renta 4 aconsejan que "las duraciones no deben estar más allá de los 2-3 años, dado que el efecto de subida de tipos en EEUU también llegará antes o después a Europa". Y es que en esta última es donde ven más potencial: "La política monetaria seguirá dando apoyo a los bonos de alto rendimiento, especialmente en Europa", concluyen desde Fidelity.

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