
Los planes de pensiones son el vehículo tradicional y diseñado específicamente para completar la jubilación, sin embargo, el inversor dispone de otros productos de ahorro privado que también gozan de ventajas fiscales. El PPA es el más similar, pero el PIAS es el que más está creciendo.
Cada vez hay más conciencia de que la pensión pública de la jubilación debe complementarse con ahorro privado. Esta idea empieza a calar en la población y, pese a que los planes de pensiones aún representan una parcela pequeña en el ahorro financiero en España -el 10 por ciento del PIB-, las aportaciones siguen creciendo. Pero no hay que olvidar que, además de estos productos diseñados expresamente para la jubilación, existen otras herramientas para reforzar tanto la pensión pública como los propios planes de pensiones.
El instrumento más semejante es el Plan de Previsión Asegurado (PPA). La principal diferencia que encontrará el ahorrador es que contará con una rentabilidad garantizada que no proporcionan los planes. Es una alternativa para un perfil conservador, ya que, además, los PPA suelen invertir básicamente en renta fija e inmuebles. Por esto precisamente están sufriendo caídas en los últimos meses. "Los PPAs son productos con total seguridad, pero han dejado de ser tan atractivos para una parte de los ahorradores, que están buscando opciones con más rentabilidad asumiendo algo más de riesgo", sugieren desde Mapfre. "También hay que tener en cuenta el efecto SIALP [el Plan Ahorro 5 en forma de seguro], que está teniendo gran acogida desde su lanzamiento a primeros de año, y que está captando una parte del ahorro antes destinado a PPA y otros productos", añaden desde la aseguradora.
Tras años de fuertes entradas, tanto las provisiones de los PPA -lo que se entiende como patrimonio en los planes- como el número de asegurados han bajado en torno a un 6 por ciento en los nueve primeros meses de 2015 respecto al mismo periodo de 2014. A cierre de septiembre había invertidos 12.184 millones de euros, según datos de Unespa, y este podría ser el primer ejercicio de caídas, al menos en los últimos cinco.
"Estamos viendo una mayor predisposición por parte de los inversores a elevar el nivel de riesgo de sus carteras en productos de ahorro para la jubilación, debido principalmente a que los tipos de interés están en mínimos históricos y los productos más conservadores presentan rentabilidades limitadas. Esto justifica el retroceso que están registrando los PPA, un producto de perfil claramente conservador", comparte Ricardo González Arranz, director comercial de Mutuactivos. En cualquier caso, el experto defiende que tiene buena acogida entre inversores con aversión al riesgo y con 50-60 años. El ahorrador no debe esperar grandes rendimientos, pero sí están asegurados. González señala que Mutua Madrileña, para el trimestre actual -se revisa cada tres meses-, ofrece "una rentabilidad garantizada neta de comisiones del 1,5 por ciento".
Salvo las ganancias aseguradas y el perfil de inversión, el PPA goza de las mismas ventajas fiscales y tributa exactamente igual que los planes de pensiones, al tipo general del IRPF y no al del ahorro como la mayoría de activos financieros.
Las fórmulas que crecen
El producto para ampliar el ahorro a largo plazo que sí sigue creciendo es el Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS). Entre enero y septiembre, las provisiones aumentaron un 19,4 por ciento, hasta los 7.369 millones. Se trata de un seguro de ahorro que ahora gana atractivo al equipararse a los nuevos Planes Ahorro 5, ya que los inversores podrán rescatarlo transcurridos cinco años en lugar de los diez mínimos previos.
"La diferencia es que el PIAS es un contrato de seguro que garantiza un interés mínimo incluso una participación en los beneficios de la compañía de seguros, mientras que los SIALP no garantizan el cien por cien, sino el 85 por ciento", explica Marcelino Blanco, director de asesoramiento patrimonial en Mirabaud. Ninguno de los dos "sustituyen a los productos de previsión social como los planes de pensiones o los PPA, son instrumentos de ahorro", subraya el experto. Pero lo interesante es que ambos tienen ventajas fiscales como complemento de ahorro a largo plazo. Tanto el Plan Ahorro 5 como el PIAS se benefician de una exención fiscal, aunque en el último caso el ahorrador debe rescatar el dinero en forma de renta vitalicia.
En cuanto a rendimiento, ambos ofrecen en torno al 1 por ciento. Desde Mapfre destacan la subida del 50,6 por ciento en las provisiones de sus PIAS, y señalan que "para los que conllevan inversiones casadas bajo la modalidad de prima única, la rentabilidad varía según la edad del asegurado. Por ejemplo, para un asegurado de 40 años titular de un PIAS con una duración de 15 años, tendría una rentabilidad acumulada total en ese plazo de casi el 16 por ciento". Para buscar rentabilidades mayores el ahorrador dispone de los Unit Link. Pero en estos seguros el riesgo lo asume el inversor y no la aseguradora. No hay nada garantizado.