Bolsa, mercados y cotizaciones

2016 podría convertirse en el año de la pérdida de la inocencia en renta fija

La baja expectativa de ganar con la deuda, condicionada por un precio del dinero que cuesta nada y las compras de bonos del BCE, empuja al ahorrador hacia activos de más riesgo

Por primera vez desde el año 2010 los planes de pensiones que invierten en renta fija podrían incurrir en pérdidas. Y eso teniendo en cuenta que el de hace cinco años fue un ejercicio excepcional con la crisis de deuda periférica, cuando la rentabilidad del bono español alcanzó el 7 por ciento. Nunca antes habían caído. Por eso, el riesgo a perder dinero con la renta fija es más que importante en un país como España donde el grueso de la inversión para la jubilación se concentra en este activo. Desde enero, los planes de pensiones domiciliados en España suben, de media, un 0,34 por ciento. No obstante, 4 de cada 10 están en negativo.

Si no es en 2015 será en 2016 la pérdida de la inocencia en renta fija, que no es tan fija como se creía. Hay que acabar con ese mito y acostumbrarse a la volatilidad si se invierte en deuda. Muestras de ello sobran este año: la rentabilidad exigida al bono español ha sido una montaña rusa.

De dónde venimos...

En marzo, el rendimiento del bono español marcó mínimos históricos en el 1,14 por ciento, tras el furor que había experimentado en meses anteriores por las compras de Mario Draghi. Fue el punto de inflexión a partir del cual la deuda se dio la vuelta. En mercados, los inversores se miraban unos a otros preguntándose cuándo acabaría ese rally, y finalmente llegó. Una corrección inevitable que los gestores sabían y simplemente esperaban que ocurriese.

El escenario era el siguiente: depósitos que ofrecían rentabilidades nominales muy bajas y bonos que se depreciaban y sufrían volatilidad. ¿Qué significaba esto? Muy sencillo, que los inversores tenían que asumir riesgo en sus carteras si querían conseguir buenas ganancias. Precisamente las políticas del Banco Central Europeo (BCE), presidido por Mario Draghi, han obligado a mover el dinero de los activos financieros más seguros hacia los que tienen más riesgo. Sin embargo, cuando ya nada parecía esperarse de la deuda el boom por activos más seguros volvió a ser tendencia, al calor del desenlace de la crisis griega -que votó un rotundo no a las propuestas de la troika- y de la incertidumbre que generó en el ámbito de la renta variable la devaluación del yuan por parte del Banco Popular de la República de China (PBoC) -el mercado temía una mayor ralentización del crecimiento de del gigante asiático-. Entonces, la rentabilidad del bono español, que había alcanzado su máximo el 15 de junio, en el 2,41 por ciento, se relajó hasta el 2,12 por ciento.

Como agua de mayo le vino a la deuda la reunión de la Reserva Federal (Fed) de septiembre, en la que su mandamás, Janet Yellen, retrasó la primera subida de los tipos de interés de la economía estadounidense, prolongando aún más el rally en los mercados de renta fija y llevando al bono español a caer hasta el 1,56 por ciento en octubre. La expectativa de un movimiento contrario por parte del BCE, del que esperaban un incremento del Quantitive Easing (QE), provocó más compras de bonos previas a la reunión. Sin embargo, cuando la cita llegó el pasado 10 de diciembre, SuperMario defraudó al mercado al quedarse corto en la compra de deuda, provocando ventas de bonos y una subida de su rentabilidad exigida hasta el entorno actual del 1,6 por ciento.

...y a dónde vamos

En cualquier caso, las expectativas de lograr más rentabilidad en renta fija son escasas, por no decir que nulas. Por eso, el reto está en explicar al inversor conservador que las ganancias obtenidas no podrán conseguirse en el futuro. Así lo cree Álvaro Monterde, director de previsión social en March JLT: "La renta fija se ha convertido en un activo con poca rentabilidad y mucho riesgo ya que un aumento en los tipos de interés produciría una bajada en los precios los bonos y, por tanto, una disminución en los valores liquidativos. Asumir más o menos riesgos depende de muchos factores como puede ser la cercanía a la edad de jubilación, pero en el panorama actual obtener rentabilidad pasa por aumentar riesgos incrementando la posición en renta variable". También lo cree Ignacio Izquierdo, consejero delegado de Aviva: "Las entidades tenemos mucha responsabilidad. Hemos comunicado a los partícipes de esos fondos que las rentabilidades en renta fija, sobre todo a largo plazo, son muy bajas y con mucho riesgo".

Aquí es donde juega un papel fundamental el asesor, una figura instaurada en muchos países pero no en España. Marta Acebo Niño, directora de comunicación de Aegon, justifica que ?los planes de pensiones son productos muy ilíquidos, ya que no tienes capacidad de recuperarlos con inmediatez como otros. La figura de un asesor es fundamental para explicar al ahorrador cómo se queda su posición con respecto a la prestación que va a recibir el día de mañana?.

Pero no solo los inversores particulares deben concienciarse de que para buscar rentabilidad hay que irse a activos con más riesgo, es decir, fuera de la renta fija. También la Administración, ya que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, es decir, la hucha que se utiliza para atender a las necesidades de pago de las pensiones contributivas a las que el Sistema de Seguridad Social no puede hacer frente, solo invierte en deuda pública española. Más cuando muchos expertos recomiendan delegar la gestión del fondo en manos profesionales especializadas en la gestión de activos como una de las soluciones para optimizar sus rendimientos. A este respecto, Izquierdo, de Aviva, opina que ?sería buena una gestión más profesional y diversificada?. Mientras, Jaime Sol, Socio responsable de Tributación Personal de KPMG Abogados, se muestra algo más cauto: ?Se han planteado diversas alternativas pero tiene que analizarse con mucho cuidado porque no es solo lograr rentabilidad, sino garantizar y mantener el ahorro de los españoles?.

Pese a que el 72 por ciento de los ciudadanos cree que el sistema público no será suficiente para garantizar su nivel de vida, según un informe de ING, apenas el 28 por ciento de ellos cuenta con un plan de pensiones privado para complementar su futura pensión, menguante en función del envejecimiento de la población. Sila Piñeiro, responsable de inversiones alternativas de Credit Suisse Gestión recalca que ?la tradición en España ha sido tener una casa en propiedad, que se acaba convirtiendo en el principal activo. También influye el hecho de que la tasa de sustitución pública (porcentaje que un jubilado cobra del último salario) es del 74 por ciento, una de las más altas de la OCDE. Así, no es extraño que el número de partícipes en planes de pensiones en 2015 sea casi el mismo que hace una década?.

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