Bolsa, mercados y cotizaciones

La temporada de compras asegura un cierre de año positivo de Wall Street

Los estadounidenses boicotean el afamado 'Black Friday' en favor de las compras digitales y el 'Cyber Monday', después de la celebración de Acción de Gracias.

En Zuccoti Park, la afamada plaza que en septiembre de 2011 atrincheró las protestas del Occupy Wall Street, los primeros destellos festivos ya arropan a los despoblados árboles caducos flanqueados por Finra, uno de los guardianes de la industria financiera, y Brown Brothers Harriman, el banco privado más grande y longevo a este lado del Atlántico. Una señal más de que en la cuna del capitalismo, las minoristas se han empeñado este año en que Santa Claus engulla el pavo de Acción de Gracias la noche de los muertos vivientes.

Y es que, a un par de manzanas, en la Calle del Muro, el hastío del verano ha generado más de una taquicardia. Los convencionalismos que los gurús, oráculos, expertos, visionarios y charlatanes esperaban de 2015, se han enredado entre una tímida Reserva Federal, que sigue sin cumplir con su deseo de normalizar los tipos, un barril de crudo que no consigue superar el atoramiento de la demanda, el desliz de Pekín con la devaluación de su divisa, el encarecimiento del dólar y un sinfín de anécdotas más que todavía hoy mantienen al Dow Jones en terreno negativo en lo que llevamos de año.

"En tan sólo cinco días hábiles, el S&P 500 cayó un 11 por ciento, borrando lo que era una decente rentabilidad acumulada del 3 por ciento y dando paso a la primera corrección de un 10 por ciento para la renta variable estadounidense en cuatro años", recuerda Michael Wilson, director de inversión de Morgan Stanley Wealth Management del abrupto mes de agosto. Su equipo espera que en el conjunto de 2015, las firmas del S&P 500 generen un beneficio por acción de 124 dólares, una cifra que supera la del consenso en cuatro dólares. En los próximos 12 meses, el indicador podría generar una rentabilidad del 16,9 por ciento. Recordemos que al hacer uso de los almanaques que rigen los mercados este es un año preelectoral.

Y ¿qué significa esto? Básicamente que entre los dimes y diretes de Donald Trump, Ben Carson, Hillary Clinton, Bernie Sanders y el resto de aspirantes a la Casa Blanca, 2015 debería ser alcista para la renta variable americana. "Los años que preceden a una elección presidencial suelen ser generalmente muy positivos", explica Jeffrey Hirsch, editor del Stock Trader´s Almanac, quien incide en que esta teoría se cumple desde el año 1939. Aún así, Sam Stovall, estratega jefe de S&P Capital IQ, matizaba en una entrevista con elEconomista a finales de septiembre que, en 2011, el S&P 500 cerró plano. También avisó que éste podría ser el tercer año en discordia en romper esta tradición, sin embargo al hablar de nuevo esta semana con él, coincidiendo con la decisión de Janet Yellen y los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed de mantener los tipos sin cambios, su tono era mucho más animado.

"El S&P 500 acumula una subida de casi el 9 por ciento en lo que llevamos de octubre, su mejor comportamiento mensual desde 2011 y a tan solo un 1 por ciento de los máximos históricos alcanzados en mayo", justificó. Desde su punto de vista, si la historia se repite, y no tiene porqué, el S&P 500 subirá por lo menos otro 6,5 por ciento antes de volver a sufrir un traspiés de más del 5 por ciento. En esto de los rallies de fin de año y especialmente a día de hoy, el consumidor estadounidense tiene la sartén por el mango. Como viene siendo costumbre, las minoristas americanas se preparan desde hace semanas para engatusar al ciudadano de a pie de cara al conocido como Black Friday, la jornada posterior a la celebración del Día de Acción de Gracias, cuando la avalancha de rebajas da el pistoletazo de salida a la temporada de compras navideñas.

Más que Viernes Negro, bien podríamos llamarlo verde, ya que Wal-Mart, Target, Macy´s, Amazon y demás tiendas hacen su agosto durante los últimos meses del año. De hecho, las ventas en los dos últimos meses del año suelen abarcar un 19 por ciento de las anuales, que en 2015 podrían alcanzar los 3,2 billones de dólares. Aún así, 2015 se promete enrevesado. En el año el gasto del consumidor ha crecido un 3,2 por ciento, una cifra relativamente modesta si consideramos que terminamos 2014 con una cifra récord de creación de empleo y los estadounidenses se han beneficiado en sus carteras de la caída de los precios de la energía.

La expansión económica de los últimos cuatro trimestres ronda el 2 por ciento, por debajo de la media del 2,2 por ciento anualizado que registramos desde el segundo trimestre de 2009, cuando EEUU dejó atrás la recesión. Sin un repunte claro de la inflación y entre la incertidumbre generada por la Fed, las expectativas de cara a las compras navideñas son mixtas. La Federación Nacional de Minoristas (NRF, por sus siglas en inglés) estima que el incremento de ventas este año será del 3,7 por ciento, hasta los 630.500 millones de dólares. Una subida que supera la media del 2,5 por ciento registrada durante la última década pero que se queda corta en cuatro décimas con respecto al alza del 2014. "Aunque las condiciones económicas han mejorado en muchas áreas, los estadounidenses siguen bastante divididos entre sus ganas de comprar y su capacidad de gastar", reconocía el presidente de la NRF, Mathew Shay, quien espera que "las familias sean prudentes en el gasto".

Se espera que los americanos inviertan en sus más allegados una media de 463 dólares, por encima de los 458 registrados en 2014. En general, el desembolso medio de un individuo podría alcanzar los 805 dólares, con muchos de los estadounidenses dándose algunos caprichos con la excusa del espíritu de júbilo que suele caracterizar a estas fechas. Entre otras proyecciones, también se espera que las minoristas contraten entre 700.000 y 750.000 empleados para poder lidiar con el volumen de tráfico y pedidos. Sin embargo, buena parte de las minoristas de ladrillo y mortero llegan tocadas a finales de año, si no que se lo digan a Wal-Mart, cuyo profit-warning provocó pérdidas en sus títulos no vistas en más de una década. Este gigante acumula una caída del 32,5 por ciento. Otros establecimientos, como Whole Foods se dejan un 40,2 por ciento, Sears alrededor de un 28,4 y Dollar General un 4,8. Sólo Costco, con subidas del 11,66 por ciento, adelanta el comportamiento de los principales indicadores bursátiles patrios.

Pero todavía hay motivos para el optimismo. "Seguimos favoreciendo el sector de consumo discrecional", Scott A. Linstone, analista de J.P. Morgan. "Este sector debería beneficiarse de la mejora en el mercado laboral, el elevado sentimiento del consumidor y la caída en los precios de la gasolina", justifica mientras señala que la fortaleza del dólar beneficiará a aquellas minoristas que importan al exterior y además venden en EEUU. Ferviente prueba de ello está en compañías como Apple, que esta semana proyectaba que sus ingresos se moverán entre los 75.500 y los 77.500 millones de dólares en su primer trimestre fiscal, que incluye la temporada navideña. Jeff Bezos, el fundador de Amazon, prometió mantener los beneficios a sus accionistas en los tres últimos meses del año.

Abrir o no abrir, esa es la cuestión

Este año, al contrario que en épocas pasadas, las dinámicas de los consumidores estadounidenses prometen un verdadero boicot del Viernes Negro, que tendrá lugar el 27 de noviembre. Según un sondeo realizado por la consultora NPD Study, la mitad de los consumidores planea comenzar sus compras antes del fin de semana de Acción de Gracias. "Los consumidores ya no tienen necesidad de ir en busca de rebajas durante el Black Friday", aclara Marshal Cohen, analista de NPD Study. "Ahora las ofertas les llegan a sus dispositivos móviles, mucho antes y de forma mucho más continuada".

Precisamente, otra encuesta realizada por la consultora Morpace Omnibus indica cómo más americanos, un total del 57 por ciento, planean hacer sus compras durante la jornada conocida como Cyber Monday, el lunes posterior a la celebración de Thanksgiving, que durante el fin de semana del Black Friday, cuando sólo un 35 por ciento está dispuesto a ejercitar sus carteras. De este porcentaje, sólo un 23 por ciento irá físicamente a una tienda en busca de gangas. Según la NFR, las ventas online registrarán durante la temporada de compras navideñas un incremento de entre el 6 y el 8 por ciento hasta los 105.000 millones. Con esta tendencia, la mala costumbre de tiendas como Wal-Mart o Target de adelantar la apertura de sus tiendas a la madrugada del Viernes Negro o incluso durante la jornada de Acción de Gracias, una de las mayores fiestas nacionales del año, podría llegar a su fin. Minoristas como REI seguía los pasos de Patagonia y otras cadenas, al anunciar que sus 143 establecimientos permanecerán cerrados el Black Friday.

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