El presidente chino Xi Jinping vistará esta semana Reino Unido. El mismo país que sopesa los pros y contras de salir de la Unión Europea intentará agasajar al líder de la segunda potencia mundial para conseguir un objetivo de primer orden para la City: ser el primer mercado de la divisa china.
Así lo asegura un ejecutivo de una gran firma con sede en Londres, que afirma que el Banco Central del país persigue ese objetivo sin descanso.
En 2004 ni siquiera estaba permitido sacarla del país, y una década después y tras una política de apertura sin prisa, pero sin pausa, se espera que la moneda del pueblo se convierta en reserva junto con el dólar.
Londres, que aglutina ya el 40% del caótico y perenne mercado de divisas mundial (el Forex), quiere concentrar además la mayor cuota posible de intercambios del yuan fuera de territorio chino.
Un lobi impulsado por las firmas de servicios financieros de la City ha condensado en una idea la situación de Londres: en esa plaza se intercambian más dólares que en Nueva York, y más euros que en todo el resto de países de Europa combinados.
Más operaciones en el Forex significarían más servicios financieros en Londres, y más empleos asociados a ellos.
