
Las acciones de las compañías mineras y acereras no son las únicas que están sufriendo caídas ante el hundimiento de los precios de las materias primas y el frenazo de la economía china. Los inversores también se están desprendiendo de bonos de empresas del sector, disparando en algunos casos las rentabilidades de esta deuda hasta niveles históricos. En el otro gran sector que sigue en el ojo del huracán, el automovilístico, los desplomes también se han trasladado al mercado de deuda.
En las empresas ligadas a las materias primas es Glencore la firma que se ha convertido en el centro de atención ante el temor del mercado de que sus planes para reducir deuda, entre los que se encuentran la venta de activos y una rebaja del dividendo, no sean suficientes. Si las acciones de la compañía perdieron un 29% el pasado lunes -ayer rebotaron un 17%- los bonos de la firma también sufren las dudas generadas. El precio de los bonos a 6 años que emitió la minera británica el pasado marzo se ha hundido un 33,8% en solo siete sesiones. Esto provoca que los inversores estén exigiendo ya un rendimiento del 8% por esta deuda, frente al cupón del 1,25% que se paga periódicamente. Según apunta Bloomberg, precisamente este martes la compañía mantuvo una reunión privada con bonistas ante las ventas masivas de deuda en el mercado secundario y después de que los seguros contra impago (CDS) se hayan disparado un 128%, hasta los 821 puntos básicos.
El de Glencore es un caso extremo, pero, en general, el alto endeudamiento del sector está siendo más cuestionado que nunca. Un informe de Standard & Poor's (S&P) advierte de que el sector de metales, minería y acero es el que cuenta ahora con el mayor número de empresas con dificultades, donde hay riesgo de impago, respecto al total de firmas con bono basura. La agencia contempla que se encuentran en una situación delicada un 53% de las compañías que tienen un rating por debajo del grado de inversión. S&P alerta de que la deuda de estas firmas está cotizando con diferenciales de más de 1.000 puntos básicos frente a los bonos del Tesoro estadounidense.
Aunque no llegan a esos niveles, la deuda de otras empresas del sector también ha sufrido el efecto Glencore. El mercado está reclamando una rentabilidad superior al 6,5% por los bonos de la británica Anglo American a 10 años, tras una caída del 14% en el precio en siete sesiones. Los bonos de ArcelorMittal también han seguido los pasos de la acción. Su deuda cotiza con una rentabilidad histórica del 7,9%, frente al cupón del 5,125%.
Saltan las alarmas
En el sector automovilístico es Volkswagen la que está arrastrando al resto tras el escándalo destapado por las emisiones trucadas en motores diésel. El valor de la empresa se ha reducido un 41,4% a raíz de este caso y su deuda también se resiente en mercado. Unos de los bonos más afectados son los convertibles que emitió en 2012 y que vencen el próximo 9 de noviembre. La rentabilidad se ha desbocado por encima del 480% -el cupón es del 5,5%- ante el grave precipicio en el que han quedado atrapados estos bonistas. Y es que el precio de esta deuda, que se convertirá en acciones de Volkswagen obligatoriamente, se fijó en su momento en 173,4 euros, lo que implica que si los inversores quisieran vender ahora esas acciones en mercado les pagarían un 45% menos, al cerrar este martes en los 95,2 euros.
El temor hacia un impago de deuda por parte de Volkswagen se ha disparado. Así lo reflejan sus CDS, que se han encarecido un 294%, hasta los 297 puntos básicos. Esta cifra es similar a la que el mercado paga por asegurarse de impagos de deuda pública en Sudáfrica y más que en Colombia.