
"El creciente riesgo del efecto divisa en China para los fabricantes de automóviles se está subestimando", advierte Adam Jones, analista de Morgan Stanley. Otros analistas ya recogen el encarecimiento de los vehículos en "el mayor mercado del mundo" -según recuerda JP Morgan- tras las devaluaciones del yuan, mientras los datos de ventas totales señalan una caída de más del 30% desde marzo hasta julio en el gigante asiático.
Los expertos coinciden en que uno de los primeros indicadores que dan cuenta del frenazo de una economía son las ventas de vehículos. En China, tanto las de los vehículos de pasajeros como las de los comerciales comenzaron a descender recién finalizado el primer trimestre del año. Según los datos que recoge Bloomberg, las de los primeros han pasado de 1,9 millones de unidades en el mes de marzo a 1,25 millones en julio, lo que supone un descenso del 34%, mientras que las de los segundos lo han hecho de 375.000 unidades a 234.000, lo que se traduce en una caída del 60%.
La triple devaluación del yuan practicada por el Banco Popular Chino para mejorar las exportaciones del país podría acentuar esta tendencia. De forma simbólica, si se comparan los precios de un vehículo japonés, de uno norteamericano y de uno europeo introduciendo el efecto divisa antes y después de las devaluaciones de la moneda china, se puede observar cómo un comprador del dragón rojo tiene que pagar ahora más yuanes por el mismo coche. Hipotéticamente, un Lexus GS 300h, de la japonesa Toyota, cuyo precio en la moneda nipona ronda los 5.975.000 yenes, valía al cambio anterior de la primera devaluación en China 297.753 yuanes, mientras que hoy valdría un 7,1% más, lo que se ha depreciado la moneda china frente al yen. Un modelo europeo comparable con el japonés como el Mercedes-Benz Clase E 300 BlueTEC (41.350 euros) habría aumentado su precio en yuanes un 4,6%, por la apreciación del euro, mientras que uno americano, como el Lincoln MKZ Ecoboost (35.190 dólares), un 2,8% por el mismo efecto de la devaluación frente al dólar.
Estos tres modelos de gama alta son algunos de los que, según las firmas de inversión, cuentan con mejores perspectivas de crecimiento en el gigante asiático de cara a los próximos años, pues se trata de un mercado que ha virado hacia modelos con mayores prestaciones. Es por eso que José Asumendi, de JP Morgan, considera que Daimler (fabricante de Mercedes) -"con un mejor ciclo de producto en el que destaca el Clase E"- cuenta con ventaja frente a sus competidoras alemanas, BMW y Volkswagen. Las tres, junto a la americana General Motors, son "las más expuestas a China", según recuerda Adam Jones, de Morgan Stanley.
En otro plano, Steve Man, analista de Bloomberg considera que, efectivamente, "la devaluación del yuan afectará a los márgenes de compañías como Daimler, BMW, Volkswagen o Toyota", que cuentan con grandes plantas de fabricación en China. "Los fabricantes alemanes y sus socios chinos se enfrentan al crecimiento de los costes de las piezas al caer el yuan frente al euro", explica el experto, quien apunta que "las plantas de BMW y Mercedes compran más de la mitad de los componentes de sus vehículos en el extranjero, mientras que Volkswagen adquiere un 95% de sus componentes en China". "Algunos fabricantes de automóviles podrían ofrecer incentivos a los compradores para compensar los mayores costes fijos, mientras que otros podrían recortar los precios, lo que reducirá los márgenes, aumentará los inventarios y pesará sobre las ganancias para el resto de este año", concluye Steve Man.
El sector sufre en bolsa
En bolsa, el sector de las automovilísticas se ha mostrado como uno de los más débiles desde que China decidiera devaluar el yuan. El índice que reúne a los principales fabricantes europeos cae un 15% en este período frente al 11% que se deja en conjunto el Stoxx 600. Tan sólo el sector de los recursos básicos, que suma un descenso del 19%, se ha comportado peor. En Estados Unidos, General Motors cae un 9%, un punto porcentual más respecto al S&P 500. Del mismo modo, Toyota ha dilapidado las ganancias anuales desde la triple devaluación del yuan y ya pierde un 7% en lo que va de 2015. El Nikkei gana un 13,5%.