Bolsa, mercados y cotizaciones

El temor a Grecia y Catatuña se diluye

A diferencia de otras ocasiones en las que la crisis de los periféricos ha tensionado con fuerza el mercado de deuda, ahora el panorama es distinto y el calendario electoral puede provocar leves sustos, como llevar el bono español algo más arriba y repuntar la prima de riesgo española

Si el verano ha estado marcado por la volatilidad, los altibajos y las malas noticias, septiembre no será menos. La reciente evolución de las bolsas mundiales ha estado ligada a las incertidumbres sobre la verdadera situación de la economía china -la segunda a la cabeza del mundo por volumen de producto interior bruto- y el temor a las repercusiones en la economía mundial , provocando un transvase de una recesión de economías dependientes de las materias primas a una global. China es actualmente la mayor inquietud de los inversores, aunque hay otros focos de riesgo a vigilar. Entre ellos, las elecciones en Grecia, el próximo 20 de septiembre, y en Cataluña, el 27 del mismo mes. En este sentido, el país heleno-inmerso en el mismo galimatías de pertenecer al euro con partidos que defienden la salida- y España con una aventura secesionista -que no acaba de entenderse fuera de nuestras fronteras- van a complicar aún más las cosas en los próximos meses.

Al mercado le afecta lo desconocido e inesperado, sobre todo, en materia política. "El capital mira allí donde encuentra cierta estabilidad y garantía política, económica y jurídica", recuerda Félix López Gálvez, analista de SelfBank.

Los expertos coinciden en apuntar que serán las elecciones griegas las que más agitación generen en los mercados, especialmente en la renta variable, aunque insisten en que la sorpresa tiene que ser importante para sobresaltar al mercado. En este sentido, Alexis Ortega señala que "la ciudadanía es soberana para decidir un futuro mejor a costa de un presente peor, pero a los mercados también les asiste el mismo derecho a decidir que no quieren correr riesgos". Por su parte, José Lizán, gestor de carteras de Auriga, comenta, "las elecciones griegas creemos que lo único que harán es sacar el ala más radical del partido en el gobierno heleno, Syriza, y aumentar los votos de partidos de centro, por lo que esperamos que aumente la estabilidad en el país".

Respecto al caso catalán, aunque las consecuencias son difíciles de predecir, impactará, sobre todo, en la prima de riesgo española, tensionando los niveles hasta los 160 puntos básicos desde los 130 actuales, según las previsiones de los analistas.

No obstante, los expertos otorgan muy pocas probabilidades a un hipotético proceso independentista en Cataluña aunque reconocen que el fenómeno separatista supone un freno para los inversores extranjeros. Además, añaden que estas sensaciones están provocando que los inversores estén vendiendo bonos españoles en 2015, mientras que en paralelo están comprando papel italiano y portugués. El reflejo es que la rentabilidad del bono español a 10 años se encuentra ahora en el 2,08 por ciento, lo que supone un repunte del 30 por ciento desde diciembre de 2014. Una rentabilidad que el consenso de los expertos consultados por este periódico cree que podría alcanzar el 2,30 por ciento tras la cita electoral catalana.

Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB reconoce que "sería problemático una fuerte mayoría, por encima del cincuenta por ciento, pero con un porcentaje inferior sería difícil que pueda constituir un fuerte problema". Opinión que comparte Kai Torrella, de Gesinter, que añade que "un sí en Cataluña desataría un proceso lento, de negociaciones y votaciones. Puede pasar como en Escocia. Habrá que esperar entre 8y 10 días tras los comicios para que empiecen las turbulencias". Por valores, los que más podrían sufrir son Sabadell y Caixabank y, por supuesto, el holding de participadas. Aunque expertos como Lizán, explican, "nos preocupan más las elecciones generales donde, de salir un frente populista con apoyo del partido socialista, el bono se tensaría con fuerza".

La renta fija gana atractivo

Tras las últimas tensiones vividas en las bolsas mundiales, la renta fija soberana ha cobrado atractivo y este podría aumentar más aún motivado por el desplome del precio de las materias primas, lo que supone un impedimento para que la inflación repunte a buen ritmo. "El compromiso del BCE parece firme, por lo que si se diera el caso de un repunte de la rentabilidad, el organismo podría tomar medidas adicionales", recuerda López Gálvez. Y es que, a pesar de que Grecia puede inyectar altas dosis de volatilidad en las bolsas de los países periféricos, la agitación será menor en el mercado de deuda gracias al QE del Banco Central Europeo. "La reacción del bono español e italiano durante la crisis griega puede ser un ejemplo de la capacidad del BCE para mantener aislada la situación fuera del núcleo del problema", apuntan desde Finagentes Gestión.

En este sentido, Pablo García, director general de Carax-AlphaValue, explica, "podemos pensar que, si hay tensiones, un nivel máximo de rentabilidad del bono español a diez años podría ser el 2,30 por ciento con una prima de riesgo que podría pasar del entorno de los 130 puntos básicos actuales a los 160". Otros analistas hacen un llamamiento a la calma.

Desde Citigroup, José Luis Martínez Campuzano considera que "la volatilidad no será excesiva" y estima "un margen a descensos de la rentabilidad del bono a niveles del 1,75 al 1,80 por ciento".

Europa, opción menos arriesgada

Pese a las posibles complicaciones, el consenso de los expertos apuesta por la renta variable europea basándose en factores como la recuperación macroeconómica, los resultados empresariales, el apoyo del BCE, la caída de los costes energéticos y la estabilidad del euro. "Con Estados Unidos a punto de subir tipos, China cuestionada y los países emergentes dependiendo de esta, Europa se perfila como la opción más segura o menos incierta, dada la relativa estabilidad política, su cuadro macroeconómico y, sobre todo, las medidas de estímulo de Draghi".

Con este escenario, los expertos seleccionan algunas alternativas, como la deuda corporativa a corto plazo. Es el caso de Antonio Salido, de Fidelity, quien sugiere, "con una rentabilidad del bono español a 10 años entre el 2,1% y el 2,2% y con el escenario político inestable en Grecia y las tensiones de las elecciones catalanas y generales en España, no veo la ecuación riesgo/ rentabilidad. Nosotros apostamos por la renta fija corporativa. Hay opciones muy interesantes".

Las empresas del Viejo Continente se perfilan como una buena alternativa. Un ejemplo es Telecom Italia, tal y como aconseja Victor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis.

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