
No corren buenos tiempos para la administración de Dilma Rousseff. Después de que el pasado viernes, la mayor economía de Latino América confirmase su entrada oficial en recesión, tras contraerse un 2,3% en el segundo trimestre del año, los economistas estiman que el país no logrará levantar cabeza hasta 2017. Desde J.P. Morgan, sus economistas, Cassiana Fernández y Cristiano Souza, rebajaban sus previsiones para Brasil, que registrará una contracción del 2,8% este año y un crecimiento negativo del 1% en 2016. Cifras que confirman que la economía brasileña se enfrenta a su recesión más larga desde 1930 y que empeoran considerablemente su futuro a medio plazo.
Al fin y al cabo, los economistas de J.P. Morgan han rebajado en ocho décimas sus perspectivas para 2015 y en otras nueve décimas sus estimaciones para el año que viene. "Tras la sorpresa a la baja del PIB en el segundo trimestre, los indicadores de confianza sugieren que el impulso en el trimestre actual son más débiles de lo previsto", explica Fernández, quien señala que dado el contexto externo más complicado y la inestabilidad política en el país, "la recesión será más profunda de lo previsto".
Según su punto de vista, la inestabilidad política persistirá ya que los resultados de las investigaciones de corrupción en marcha continuarán seguirán azuzando a la clase política del país. En medio de este panorama, la falta de políticas, continuará socavando la confianza privada, poniendo en peligro la recuperación, que inicialmente muchos economistas esperaban que llegaría a comienzos de 2016. Sin embargo, no sólo J.P. Morgan, considera que la economía brasileña se contraerá un 1% el año que viene, Moody´s también coincidía con esta estimación, un hecho que reaviva un debilitamiento no visto desde la Gran Depresión.
De hecho, desde el banco central brasileño, su encuesta semanal entre un centenar de instituciones financieras indicaba que la economía se contraerá en 2015 un 2,26% y un 0,4% en 2016. Este sondeo encadenó así la séptima semana consecutiva de revisiones a la baja para el crecimiento brasileño este año.
Para los expertos de J.P. Morgan el alto desempleo y el endurecimiento de las condiciones de crédito aumentarán el riesgo de impago, un hecho que también pesará sobre la demanda interna en los próximos meses. Recordemos que desde Bank of America Merrill Lynch estiman que el desempleo en Brasil alcanzará el 8,5% el año que viene. Además, pese a que la debilidad del real debería impulsar las exportaciones, este aumento no será suficiente para compensar la caída en la demanda interna, según apuntan varios expertos.