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Las renovables españolas ganan con el plan de 'energía limpia' de Obama

  • Crecerá el negocio de empresas como Gamesa, Iberdrola o Acciona
  • Cerrarán muchas plantas de carbón, a pesar de la oposición local

Cuando la semana pasada el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, introdujo nuevos límites para las emisiones en las plantas energéticas del país, compañías como Gamesa llegaron a dispararse más de un 6%. Coincidencia, o no, la española forma parte de compañías europeas como Vestas Wind Systems o Nordex SE, que podrían beneficiarse directamente de la nueva regulación que pretende que la mayor economía del mundo produzca el 28% de su energía con renovables en 2030.

El mandatario estadounidense está ya familiarizado con las actividades de Gamesa, especialmente después de visitar su fábrica de Langhorne, Pennsylvania, en abril de 2011, en los albores de la campaña presidencial demócrata, que por aquel tiempo daba los primeros compases en busca de un segundo mandato en la Casa Blanca.

La empresa presidida por Ignacio Martín ha iniciado el tercer trimestre con fuerza a este lado del Atlántico tras ser elegida para suministrar 104 de sus turbinas G114-2,0 MW al proyecto eólico en Carolina del Norte anunciado por Amazon Web Services. A comienzos del mes de julio, Gamesa también anunció un acuerdo con la estadounidense SunEdison para desarrollar hasta 1.000 megavatios en parques eólicas a lo largo del mundo.

Tampoco podemos pasar por alto otra compañía patria como Acciona Windpower, que sólo este año tiene previsto instalar más de 800 megavatios en América del Norte. Si todo sale como está previsto, la española habrá instalado un total de 1.372 megavatios en territorio estadounidense.

Sintonía con gobiernos locales

Por su parte, a finales de julio, Iberdrola Renewables rubricaba un contrato de once años de duración con la ciudad de Riverside, en California, que busca incrementar el nivel de energía proveniente de fuentes renovables por encima del 40 por ciento antes de 2020. Este es un caso perfecto que ejemplifica el potencial que tendrán los nuevos planes medioambientales de la administración Obama y la Agencia de Protección Medioambiental para algunas compañías españolas, que mantienen una gran sintonía con gobiernos municipales y estatales. Recordemos que Iberdrola Renewables, con sede en Portland, Oregón, controla alrededor de 6.000 megavatios de energía eólica y solar en EEUU.

Según la nueva regulación, los estados tendrán que presentar sus planes para recortar las emisiones el próximo año, pero no se enfrentan a ninguna penalización si se pide una prórroga de dos años, por lo que se espera que la mayoría de los estados aprovecharán este tiempo. Bajo el plan anterior, el último plazo era el año 2017, pero ahora se extenderá hasta 2018.

Además, el programa trae un nuevo elemento: el Gobierno tiene la intención de ofrecer créditos a los estados que eleven los porcentajes de generación de energía renovable entre 2020 y 2021, antes de que venza la fecha límite. Los estados que inviertan temprano en la energía eólica y la energía solar podrán guardar esos créditos para compensar sus ingresos para cuando se inicie el cumplimiento de la norma, en 2022.

Las solares ganan

Para Rhone Resch, presidente de la Asociación de Industrias de Energía Solar (SEIA, por sus siglas en inglés), "la energía solar es la opción más sensata para que los estados cumplan con las nuevas exigencias". De ahí que los expertos señalen a compañías como First Solar, SolarCity o SunPower, como valores a tener en cuenta.

"El Plan de Energía Limpia es el más completo y de mayor alcance jamás promulgado por el Gobierno federal e impactará de lleno en el sector de la energía eléctrica", explica Tom Kuhn, presidente del Edison Electric Institute (EEI) con sede en Washington. Este lobby de compañías eléctricas estima que el sector planea cerrar o modernizar unos 73.000 megavatios de capacidad en las plantas de carbón antes de 2022, suficiente como para abastecer a 36 millones de hogares.

Los nuevos límites para las emisiones de las plantas de energía propuestos por Obama, buscan enfrentar las preocupaciones planteadas tanto por ecologistas como por la industria energética. El plan busca un recorte del 32 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en 2030, comparado con los niveles registrados en 2005. "Este ambicioso plan reducirá nuestra huella ambiental", reconoce el presidente y consejero delegado de Duke Energy, Lynn Good, quien aclara que incluso sin las regulaciones federales, su empresa ha reducido las emisiones un 22 por ciento desde 2005.

Desde Morningstar, Travis Miller, director de análisis del sector eléctrico, indica que "la oleada de cierres de plantas de carbón se ha acelerado este año, ante el bajo coste de la gasolina y a la vista de las nuevas regulaciones de carbono".

El pasado lunes, cuando Obama presentó su nueva regulación, Alpha Natural Resources, el mayor productor de carbón en EEUU se declaró en bancarrota y busca la reestructuración de pagos. Los expertos señalan a otras compañías similares como Arch Coal o Peabody Energy como las próximas víctimas.

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