
Después de sobrevivir a un periplo de pérdidas de más de 3.250 millones de euros en tres años, a una recomendación de venta durante el mismo periodo y a una ampliación de capital, FCC ya puede respirar.
La compañía repuntó un 3,14 por ciento en la jornada de ayer tras confirmarse el cese del consejero delegado, Juan Béjar. Además, después de que los analistas mejorasen su consejo desde que se finalizara la ampliación de capital al cierre de 2014, su título se ha desprendido finalmente de la recomendación de venta que pesaba sobre él desde 2012, instaurándose en la de mantener. Y, aunque su nivel de endeudamiento no permita a la firma el pago de dividendos, se prevé que en 2015 vuelva a lograr beneficio tras tres años en números rojos.
La historia reciente de FCC está marcada por la conteción de la hemorragia de pérdidas y el desapalancamiento. La crisis económica golpeó duro al sector de las infraestructuras en España, en el que FCC contaba con una de la mayores exposiciones, sobre todo al de obra civil. En el año 2007, antesala del estallido la burbuja inmobiliaria, la firma acumulaba 8.160 millones en deuda. En 2012 suspendía su dividendo, mientras que en 2013, su año más negro, reportaba pérdidas superiores a los 1.500 millones.
Los datos actuales responden a un claro periodo de transición para la compañía. Desde 2007 ha recortado su deuda un 58 por ciento hasta los 5.180 millones. Pero su política de dividendos está sujeta a una cláusula establecida en la ampliación de capital: solo podrá volver a las retribuciones si su deuda es menor que cuatro veces su beneficio bruto de explotación. Según la estimaciones de los analistas, que llegan hasta 2018, estas condiciones no se darán en ese periodo. Sí se prevé, en cambio, que la compañía vuelva a tener ganancias en 2015 tras tres años (66 millones), aunque lejos queda su beneficio histórico de 738 millones en 2007. En el computo de lo que va de año experimenta una corrección del 18,45 por ciento sobre el parqué. Pese a la disparidad en las proyecciones, FCC ha salido reforzada de la ampliación de capital según el consenso de mercado que recoge FactSet. La firma abandona la recomendación de venta, que sufría desde 2012, y ya disfruta de un consejo de mantener.
El banco de inversión Société Générale apunta que "el proceso de transición está bien encaminado, aunque los resultados están aun por verse en un contexto de elevada deuda neta". Para Nuria Álvarez, analista de Renta 4, también prima la incertidumbre del momento sobre el título de FCC "Existe la posibilidad de que haya que renegociar la deuda y de una nueva ampliación de capital, además de los cambios en la directiva, lo cual supone un riesgo sobre su cotización", por lo que reiteraba su recomendación de mantener el título. Álvarez también apuntaba que la compañía está sobreexpuesta al mercado español en relación a sus competidoras. Un 54 por ciento de sus ganancias en el primer trimestre de 2015 fueron en territorio nacional. Ignacio Cantos, de atl Capital, se mostró especialmente crítico con este aspecto de su negocio al considerar que está sobreexpuesta a contratos con instituciones públicas "prefiero el modelo greenfields de Ferrovial y otras concesionarias que construyen para sí mismas y no el de Sacyr o FCC".
Subida tras la salida de Béjar
La bolsa recibió bien el cese de Juan Béjar a los mandos de la compañía. El título de la compañía de infraestructuras llegó a subir un 4 por ciento durante la mañana. Al cierre de la sesión contaba con un potencial alcista del 17,95 por ciento, hasta su precio objetivo de 11,3 euros, según el consenso de FactSet.
El hombre fuerte de las hermanas Koplowitz, Juan Béjar, llegó en 2013 con el objetivo de sanear las cuentas de la compañía. Béjar ya buscó salir cuando el magnate mexicano Carlos Slim se erigió como primer accionista tras la ampliación de capital de finales de 2014, pero los bancos involucrados en la refinanciación de la deuda de FCC bloquearon su salida.
Finalmente, el histórico ejecutivo del sector de infraestructuras dejará su cargo como tarde el 30 de septiembre, aunque seguirá al frente de Globalvia. El relevo se lleva a cabo en el marco de la reestructuración administrativa que se está acometiendo desde que Slim suscribiera la ampliación y se hiciera con el 25,6 por ciento del capital a cambio de 650 millones de euros.