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El BCE está vulnerando su propia normativa con el ELA

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer la liquidez de emergencia que da a los bancos griegos. En total, casi 89.000 millones de euros que figuran en el ya famoso ELA. Este 'dinero de Fráncfort' es el que ha mantenido con vida a las entidades del país desde febrero, cuando la institución dejó de aceptar los colaterales de la deuda griega en sus operaciones ordinarias. La asistencia ha sido fundamental para que Atenas pudiese seguir negociando durante todos estos meses con sus acreedores. En otras palabras, era necesario mantenerlo para dar tiempo a los políticos para que fueran ellos quienes resolvieran la situación; sin embargo, con esta decisión, el BCE podría estar vulnerando sus normas.

La regulación del programa de liquidez de emergencia (ELA) tiene una cláusula muy clara: se proveerá esta liquidez a "una entidad financiera, o grupo de entidades solventes que estén atravesando problemas temporales de liquidez". En términos estrictos, el BCE no puede financiar a entidades que considere que no son solventes, ya que para esa situación hay otros mecanismos, como recapitalizaciones (en mercado o con ayudas públicas) o pasar las pérdidas a sus acreedores, el famoso 'bail-in'. "Si fuera cierto que los bancos griegos son insolventes, el BCE, a través del Mecanismo Único de Resolución (MUR), debería haber actuado con el fin de sanear o liquidar las entidades insolventes", explica Fernando Zunzunegui, abogado especializado en regulación financiera.

El BCE puede justificar (y lo ha hecho en otras ocasiones) que las entidades griegas son solventes, pero la realidad ya supera a todo su optimismo. El propio Eurogrupo reconoció el domingo (en su propuesta que mandó a la Cumbre de líderes del euro) que los bancos del país necesitan una recapitalización con ayudas públicas de entre 10.000 y 25.000 millones de euros. Un 'agujero' de capital que compromete definitivamente su solvencia.

Pero el BCE volvió a mantener el ELA. En este caso, ¿hay que sacrificar el medio por alcanzar un fin? Es decir, saltarse su propia normativa para evitar el colapso del sistema financiero. Además, es importante aceptar que cuando se activa esta liquidez de emergencia, es porque la situación es extrema. "En banca los problemas de liquidez y de solvencia son vasos comunicantes", indica Zunzunegui. La decisión del BCE puede ser la correcta o no, pero lo que es evidente es que está 'pasando por encima' de su propia normativa, aunque lo haga pisando 'de puntillas'.

Mario Draghi, presidente de la entidad, se ha pasado los últimos meses remarcando que "el BCE es una institución que se rige por unas normas", pero hay otra regulación que también podría estar saltándose y que aparece en ese párrafo anterior: "problemas temporales de liquidez". Fráncfort lleva financiando a las entidades griegas durante casi medio año con este programa de emergencia. ¿Este es realmente un 'problema temporal'? La ambigüedad de la propia expresión juega aquí a favor del BCE.

¿Cuánto capital necesitan los bancos griegos? Esta es la siguiente pregunta. El Eurogrupo valoró como cifra máxima esos 25.000 millones de euros, pero podrían ser insuficientes. Sirva como comparativa que para el rescate al sistema financiero español se emplearon finalmente 41.300 millones de euros. RBS publicó este domingo sus cálculos: con un rescate de 25.000 millones, todavía sería necesario aplicar un 'bail-in' del cien por cien sobre su deuda subordinada. Este es su "escenario base". Eso sí, esta decisión permitiría salvar a las entidades helenas y proteger a sus depositantes.

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