Bolsa, mercados y cotizaciones

El mercado de deuda se reabrirá tras el verano cuando se despejen las dudas sobre Grecia

  • Société Générale: "Las elecciones no afectarán a las emisiones"

Aunque técnicamente los mercados de deuda no se han cerrado en la zona euro, el repunte en las rentabilidades de los bonos y la volatilidad por los problemas en Grecia han frenado en seco las emisiones. Pero a la vuelta del verano, y una vez se hayan despejado las incertidumbres sobre los posibles acuerdo entre Atenas y Bruselas, el mercado de deuda "se reabrirá" y "no se verá afectado por las elecciones" de noviembre, según apuntan los expertos de Société Générale (SG).

Las compañías españolas han detenido su actividad en los últimos meses. En el primer semestre del año, se ha roto la tendencia al alza y el volumen de emisiones en España ha caído un 11 por ciento, incluyendo la deuda colocada por el sector público (fuera de las subastas habituales), por las empresas y por la banca. Además de las condiciones menos favorables de financiación que ha dejado la crisis griega, Arturo Alonso, director general de financiación global de SG, explica con otros dos motivos el descenso sufrido desde abril: "Las compañías ya habían hecho sus deberes en cuanto a financiación" y se han visto "pocas operaciones corporativas grandes".

"Ahora las empresas se han encontrado con colchones de liquidez que tienen un coste y que están reduciendo", añade Fernando García, director de mercados de capitales de deuda para empresas e instituciones financieras de SG. El mayor recorte de actividad en los últimos meses se ha producido precisamente en la deuda corporativa con grado de inversión. Las empresas han colocado 8.200 millones de euros a través de 15 emisiones, lo que supone un descenso del 16 por ciento respecto al primer semestre de 2014.

Aunque las emisiones de bonos de alta rentabilidad (high yield) han levantado prácticamente la misma cifra que en la primera parte de 2014, el número de colocaciones se ha reducido a la mitad.

También ha caído el volumen emitido por el sector financiero. La banca ha lanzado deuda por 14.250 millones en los últimos seis meses, un 9 por ciento menos que en el mismo periodo del año pasado. "El descenso viene marcado por los cambios regulatorios", indica Fernando García. Las entidades han empleado menos la deuda subordinada "porque muchas ya tienen cubiertos los requisitos de capital", recuerda el experto. No obstante, sí se aprecia un aumento en la emisión de cédulas hipotecarias.

El Estado, las comunidades autónomas y las empresas públicas también han bajado el ritmo en el semestre. Las emisiones se han reducido un 12 por ciento respecto a 2014. El Tesoro ha colocado 24.500 millones en subastas sindicadas con una alta demanda, mientras que entre las comunidades solo la de Madrid se ha acercado al mercado este año porque es, junto al País Vasco, la única que no se ha adherido al nuevo mecanismo de financiación a través del Tesoro.

La segunda parte del año

Una vez se acabe el verano los expertos de Société esperan que se retome la actividad, aunque con "periodos de volatilidad", y que la tendencia de emisiones se estabilice o continúe a la baja. Fernando García insiste en los grandes colchones de liquidez de las empresas y en la poca actividad en fusiones y adquisiciones como razones para explicar el probable descenso en el volumen de emisiones también en la segunda parte del año. Aunque el experto matiza que "la actividad sigue siendo saludable" y en que "hay apetito inversor".

"En el primer trimestre había una especie de carrera de emisores e inversores ante la expectativa del QE", valora Javier Guzmán, director de mercados de capitales de deuda para el sector público de SG. En esos primeros meses del año, las empresas seguían financiándose a tipos históricamente bajos. ¿Será posible ver más rentabilidades récord? "Dependerá del ritmo de actividad económico, pero si las economías mejoran y hay atisbos de inflación será difícil", opina Javier Guzmán. El experto cree que hay recorrido para que la prima de riesgo baje hasta mínimos, pero no ocurre lo mismo en las rentabilidad de los bonos.

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