
El incendio de la deuda empezó esta semana con más virulencia de lo que acabó la anterior. Una escalada de las rentabilidades que no respondía ni a los últimos indicadores económicos, ni a las buenas noticias que llegaban con cuentagotas desde Grecia.
¿Qué ocurría para que los bonos subieran tanto? Fuentes del mercado confirman a elEconomista que el Banco Central Europeo (BCE) redujo de forma drástica sus compras de bonos hasta el miércoles, lo que echó más leña al incendio de la deuda. Desde el pasado jueves (el viernes fue festivo en Europa) apenas realizó entre el 20 y el 30% de sus compras habituales de bonos públicos en los periféricos, y en los países del centro, entre un 50 y un 60%. Estas fuentes confirman que ayer se recuperó cierto volumen de negociación, impulsado por las compras privadas después del avance en las negociaciones de Grecia y la vuelta a los mercados del BCE.
El mercado lleva meses sufriendo porque está seco de liquidez y el BCE era el actor principal a la hora de inyectar dinero, por lo que su dependencia actualmente es total. "Si el volumen de operaciones ya era bajo hasta el viernes, en el inicio de esta semana se quedó casi sin liquidez, era una situación extraordinaria", confirma otra fuente. Estos días no hubo vendedores, y mucho menos, compradores. "No sabemos por qué ha frenado las compras", explica.
La incertidumbre en el mercado está siendo muy elevada en las últimas semanas y cada operación de cierto tamaño está moviendo con fuerza los precios de los bonos.
Los comisarios de la entidad ya advirtieron al inicio del programa que sería flexible y podrían adaptar el ritmo de las compras, sin embargo, sorprende esta decisión, ya que el BCE había anunciado que podría adelantar las compras del verano a las semanas previas para evitar así el problema de la caída de la liquidez que se produce en julio y agosto.