Martes, 28 de mayo de 2013. Ese día, hace este jueves dos años, empezaron a cotizar en bolsa las nuevas acciones de Bankia, fruto de la ampliación de capital de la entidad. Una operación por 10.700 millones que tenía por objetivo recapitalizar el banco y que fue suscrita casi en su totalidad por su matriz, BFA, un holding a su vez controlado al cien por cien por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob). Tras la conversión de híbridos y una acelerada primera colocación, BFA actualmente posee algo más del 63%.
En estos dos años, la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri ha sufrido una profunda reestructuración y ha hecho los deberes: sus ganancias rondaron los 400 millones en 2013 y los 660 en 2014. Por otro lado, es el banco español cotizado más barato por PER: su multiplicador de beneficios estimado por el consenso de mercado para este año es de 12 veces, por debajo de la media de su sector. En cuanto a la relación de su precio con su valor en libros, está en línea con sus rivales. Sin embargo, el valor sigue sin contar con el favor del consenso de mercado, que desde su salida a bolsa en julio de 2011 no ha modificado su recomendación de venta.
¿Qué factores están penalizando a Bankia para que, pese a haber cumplido el plan de ruta y sin incertidumbre legal por las preferentes, no se quite el farolillo rojo? En primer lugar, pesa sobre la entidad la necesidad de colocar ese 63% todavía en manos de BFA, una participación que el Frob se ha comprometido a deshacer antes del final de 2017.
Se trataría de una operación de gran envergadura: Bankia capitaliza hoy más de 13.600 millones de euros, con lo que la participación que alcanza BFA estaría valorada en unos 8.600 millones, y operaciones de tal calado no se están produciendo en el sector. Sobre esta cantidad, además, un posible comprador, pese a quedarse con el control, exigiría un descuento por hacerse con la entidad por la intrahistoria que arrastra la marca Bankia. En el mercado se descarta la venta "en bloque" de ese paquete. Y, según explican fuentes de la entidad, es más probable que la venta se realice en pequeños paquetes, como ocurrió con la colocación, en 2014, del 7,5% del capital de Bankia entre institucionales.
Con aquella operación, realizada a un precio de 1,51 euros por acción, el Estado se embolsó 136 millones. Hoy Bankia cotiza muy por debajo, en 1,21 euros. Con las elecciones generales a sólo seis meses, no parece probable que el Estado vaya a embarcarse ahora en una nueva venta de paquetes accionariales, por temor a ser penalizada en el mercado. Las desinversiones se retomarían, probablemente, tras los comicios, con lo que fuentes del mercado consideran que el proceso de salida del Estado de Bankia acumulará más demora a su ya notable "retraso". Otra de las incertidumbres que estarían lastrando la valoración de los expertos es precisamente la posibilidad de un ascenso de Podemos al Gobierno en las generales de noviembre.
Sin embargo, fuentes de Bankia explican que, tras el auge de los partidos de izquierdas en las elecciones europeas del año pasado y en los comicios andaluces, no han detectado "ninguna preocupación" por parte de los inversores internacionales acerca de la situación política en España. "Nuestro objetivo es que el accionista pueda vender a un precio superior al que pagó y para conseguirlo estamos centrados en generar valor [el Frob entró a 1,35 euros]", añaden.
Un dividendo creciente
La entidad aprobó a finales de abril el pago del primer dividendo de su historia: abonará 0,0175 euros por título con cargo a los resultados de 2014, que rentan un 1,5%. De cara al próximo año, los expertos prevén un interés del 2,6% y del 3,6% en 2016.
Respecto a la evolución de los beneficios de la firma, el consenso que recoge FactSet espera que alcancen los 1.200 millones de euros en 2015 (que suponen un aumento del 80% respecto a 2014) y los 1.270 millones en 2016 (un 6% más). Aunque en términos de rentabilidad sobre el capital la entidad se ve sobrepasada por el 10% largo que han anunciado Caixabank o Sabadell (antes de la adquisición del británico TSB), e incluso por el 8% del que habla Popular.