
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reconocido públicamente que está trabajando con algunos países vecinos de Grecia en planes de contingencia en caso de que se culmine el impago del país heleno.
Jörg Decressin, director adjunto del departamento de Europa, ha dicho al diario The Wall Street Journal que "estamos dialogando con estos países sobre los planes de emergencia que tienen, sobre las medidas que pueden tomar".
Los grandes bancos griegos tienen un peso importante en países como Bulgaria y Macedonia, donde subsidiarias del Banco Nacional de Grecia, Alpha Bank y Piraeus Bank controlan alrededor del 22% de los activos bancarios de esos países. Además, también tienen un peso importante en Rumanía, Serbia y Albania.
Como parte de las discusiones, la institución dirigida por Christine ALgarde ha pedido a los supervisores nacionales que se aseguren de que las filiales de los bancos griegos tengan suficientes activos para depositar en los respectivos bancos centrales en caso de emergencia, así como que los fondos de garantía de depósitos estén suficientemente nutridos.
Estas conversaciones llegan en un momento en que las conversaciones de Grecia con sus acreedores (FMI, BCE y Comisión Europea) para que desembolsen otro tramo del rescate siguen estancadas, por lo que la sombra del default sigue planeando sobre el país.
"Sería esúpido no estar preocupado a estas alturas", aladió Decressin al diario estadounidense. Hoy se celebra un nuevo Eurogrupo para continuar las negociaciones, y las partes ya han reconocido que no va a haber acuerdo de momento.
Bien, pero con riesgo de pánico
En conjunto, el FMI cree que las filiales de estos bancos en el sureste de Europa podrían soportar la quiebra de sus matrices. Al será filiales, y no sucursales, tienen que mantener sus propios niveles de capital y pueden refinanciarse en el banco central de cada país, lo que haría más fácil una eventual separación en caso de problemas graves.
Decressin añade que creen que ahora mismo tienen suficiente liquidez y que, de momento, no hay señales de fuga de depósitos a pesar de las dudas sobre Grecia. Precisamente el FMI ve con preocupación que un default desemboque en un pánico bancario y los clientes de las filiales decidan sacar su dinero de éstas aunque técnicamente estuvieran en una buena situación.
"Estos bancos podrían estar totalmente bien, pero podría haber una percepción en la población de que son bancos griegos, de que no están bien y la gente podría comenzar a retirar su depósitos. Eso es algo que no puedes preparar", concluye Decressin.