
Durante las últimas cuatro semanas, el dólar ha caído cerca de un 3 por ciento frente a diversas divisas internacionales, salvo excepciones como el peso mexicano. El resultado ha generado más que una pesadilla entre los gestores de fondos que lideran la racha alcista del billete verde que suma ya cerca de cuatro años. Si el mes de abril se ha convertido en uno de los meses más crueles para la moneda estadounidense, mayo se perfila como una verdadera montaña rusa.
Las malas noticias para el billete verde podrían llegar de distintos frentes. Uno de ellos está en los precios del crudo, que parecen haberse estabilizado y su recuperación parece afianzarse. Por otro lado, mucho analistas están volviendo a estudiar sus perspectivas de inflación y la valuaciones que se mueven en estos momentos dentro del mercado de bonos. Tampoco debemos perder de vista el resultado de la elecciones en Reino Unido y los acontecimientos con Grecia, aunque un impago parece poco probable.
El dólar no llegará a la cima de su escalada alcista hasta bien entrado 2016 cuando la Reserva Federal quizás quite el freno de su acelerador en el encarecimiento del dinero y el Banco de Japón o el Banco Central Europeo opten por comenzar con el temido tapering, es decir, la retirada de los estímulos en forma de compra de activos.
Dicho esto, desde J.P. Morgan estiman que el dólar es vulnerable a una corrección de entre el 3 y 6 por ciento este año, a no ser que la economía de EEUU registre una mejora evidente que provoque una pronta subida de tipos.
Desde el banco estadounidense, John Normand, explica que el billete verde comenzó el mes de marzo emulando a una burbuja en su primeras fases de formación.
El contexto llegaba motivado por un fuerte impulso, el mayor en 45 años y valuaciones elevadas. De hecho, J.P. Morgan aseguró por aquel entonces que un dólar tan alto sólo estaría justificado si los tipos de interés estuvieran en el 3 por ciento.
"La burbuja del dólar se podría desinflar otro dos o tres por ciento a corto plazo", asegura Normand. Su justificación para este hecho es sencilla, el dólar ha experimentado correcciones anuales de entre el 5 y el 6 por ciento en 2011 y 2012 cuando la crisis en la eurozona comezó a calmarse y de hasta el 3 por ciento en septiembre de 2013, cuando la Fed retrasó su retirada.
"La corrección actual parece estar cerca de acabar para aquellos que creen que la Fed subirá tipos antes de que los mercados de bonos europeos y nipones comiencen a poner atención en las respectivas retiradas de estímulos y antes de que China acelere de forma sostenible", afirma este experto.
Normand y su equipo reconocen que la corrección del dólar podría borrar hasta un 5 por ciento de su valor, pero el banco reduce esta caída hasta el 2 o el 3 por ciento debido a que espera que la economía de EEUU rebote y esto fuerce a la Fed a subir tipos antes de lo previsto actualmente.