Bolsa, mercados y cotizaciones

La utilidad de diversificar una cartera

Si existe algo básico en el mundo de la inversión es que no se pueden meter todos los huevos en la misma cesta. Es decir, que no existe nada más peligroso que gastar todo el dinero que tiene pensado invertir en un mismo activo. Imagine que cuenta con 5.000 euros que no necesita a medio plazo y que los emplea íntegramente en comprar títulos de una misma empresa que quiebra o que sufre un gran varapalo en bolsa. El resultado ya se lo puede imaginar. Sin embargo, lo que parece de perogrullo no lo es tanto. Y los ejemplos abundan.

La distribución del ahorro financiero en España -que en total asciende a 1,9 billones de euros- está agolpado en masa en depósitos. En concreto ahí se destina más del 46% frente al 33% que este producto pesa en el ahorro de las familias europeas, según datos de Inverco. Lo que equivale a más de 800.000 millones de euros. Y eso, con la rentabilidad de los depósitos en mínimos históricos, que se sitúa ya en el 0,43% y sólo resulta atractiva si se mira en términos reales -es decir, una vez descontada la inflación-.

Sin embargo, lo que ahora sirve para preservar el capital con un plus de rentabilidad, dejará de tener utilidad cuando los precios empiecen a subir, que en definitiva es el objetivo de las compras de deuda lanzadas por Mario Draghi a finales de enero. Entonces los más de 800.000 millones que en España se encuentran en depósitos tendrán que pensar en otro destino para su ahorro si no quieren perder poder adquisitivo y tampoco podrá ser el de la renta fija -la deuda alemana ofrece ya rentabilidades reales negativas si se tiene en cuenta las expectativas de inflación para el país-.

Y si no, que se lo pregunten al Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que no sólo invierte la totalidad de su cartera en deuda pública -a pesar de que los tipos son cada vez más bajos e incluso algunas referencias, como las letras a seis meses emitidas por el Tesoro, ofrecen ya rentabilidades negativas-, sino que además, en 2014, su cartera se compuso exclusivamente de bonos españoles. El claro ejemplo de anti diversificación. Y es que su política de inversiones determina que éste sólo puede comprar, además de la española, deuda pública alemana, francesa y de los Países Bajos.

Cómo diversificar mucho con 'poco'

"La mejor forma de diversificar es a través de los fondos de inversión", explica Rose Marie Boudeguer, directora de servicios de estudios de Banca March, por varias razones. Una es que, con poco patrimonio, cualquiera puede tener acceso a una cartera bien diversificada por tipos de activos, países y sectores que, de otra forma, para imitarla comprando activo a activo, precisaría un desembolso más elevado. Y otra es que, con el fondo de inversión, el partícipe delega la decisión de comprar una u otra compañía -o bono- al equipo gestor, minimizando el riesgo de que una mala decisión arruine toda la inversión. Sin embargo, si se compara el porcentaje del ahorro de las familias que se dedica en nuestro país a invertir en este vehículo de ahorro en comparación con el uso que le dan el resto de familias europeas aún estamos por debajo de la media: un 16,4% frente al 19,4% de Europa según los datos de Inverco a cierre de 2014.

Aunque la perspectiva es que esta cifra aumente poco a poco debido a los bajos tipos de interés de los depósitos o la renta fija obligando a los más conservadores a seguir virando hacia otros activos, como los fondos, que ya aglutinan 215.205 millones de euros bajo gestión. La prueba es que, según el último Observatorio de Inverco, tres de cada cuatro gestoras prevén que el patrimonio gestionado crezca más de un 10% este año, siendo los fondos mixtos, globales y de renta variable internacional y europea los nuevos favoritos del ejercicio, lo que supone un cambio respecto al año anterior cuando los fondos con rentabilidad objetivo y los de renta fija a corto plazo eran los preferidos.

"Los fondos globales que reparten dividendo son adecuados para este fin", explica Marcos Arteaga, de Fidelity, que asegura que si un inversor busca la rentabilidad de los pagos es mejor hacerlo a través de uno de estos productos que mediante la compra directa de la acción, porque de ese modo se evitan sustos inesperados en el caso de que el grupo decida cambiar su política de retribución.

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