Algo parece estar cambiando en la renta fija europea, un nuevo escenario que el miércoles empezó a tomar cuerpo. La rentabilidad del bono alemán a 10 años se disparó en 12 puntos básicos, una subida que supone casi duplicar su retorno, que pasó del 0,163% hasta el 0,286%. Este avance de la rentabilidad del Bund supuso unas pérdidas en precio para los inversores del -1,2%.
Este revés del mercado llevó a la rentabilidad del título alemán a su nivel más alto en seis semanas y empieza a poner nerviosos a algunos inversores. Grandes gestores como Bill Gross, de Janus Capital, ya han insinuado esta semana una estrategia contraria al Bund. En opinión del gurú, la posición corta es una de las mejores apuestas de una vida, "mejor que la libra en 1993", rememorando la victoria de George Soros contra el Banco de Inglaterra.
La publicación del miércoles del dato adelantado del IPC alemán del mes de abril confirmó las expectativas del mercado de que la inflación en Alemania se recuperará paulatinamente en los próximos meses. Si los precios avanzan actualmente a un ritmo del 0,4% interanual, el mercado cree que acelerarán en los próximos meses, lo que provoca que las rentabilidades reales que ofrece la deuda alemana sean mucho más negativas (una vez descontada la inflación). El indicador del mercado de dónde estarán las expectativas de inflación en la eurozona dentro de 5 años (5y5y inflation swap) avanzó el miércoles hasta el 1,7%, su nivel más alto en un mes. Un escenario que refleja que la recuperación está en marcha y que resta argumentos a favor de la inversión en bonos alemanes.
Los gestores de renta fija llevan meses buscando una excusa para salir de la deuda del país, alertados por las rentabilidades tan bajas que se están viendo. El movimiento de el miércoles refleja que hay incertidumbre en el mercado y pone en alerta a los grandes inversores.
