Eskom es la gran empresa de electricidad de Sudáfrica, de titularidad pública. Una compañía que genera casi un 95 por ciento de la energía eléctrica que consume el país y que tiene casi 100 años de vida. En febrero recibió uno de sus peores golpes y que sirve como reflejo de la situación complicada que atraviesa actualmente Sudáfrica. Las autoridades del país, con el presidente, Jacob Zuma, a la cabeza, presentaron un rescate público de 2.000 millones de dólares para evitar el impago de la compañía. Un golpe duro que ha hecho dudar a los inversores en las últimas semanas.
Zuma reconoció el viernes que cometieron "un fallo en la generación de capacidad de producción energética", lo que "suprimirá una parte del crecimiento económico".
Sudáfrica viene de crecer un 1,5 por ciento en 2014, su dato más bajo desde 2009. El país es también un gran exportador de materias primas, principalmente oro y metales industriales.
El principal destino de sus exportaciones es China, por lo que Sudáfrica es otro de los damnificados por el frenazo de la economía del gigante asíatico. Los expertos son más optimistas con el crecimiento del país para 2015, pero con previsiones dispares. Si Morgan Stanley pronostica un avance del PIB del 2,5 por ciento, HSBC lo recorta al 1,6 por ciento, casi igual que en 2014.
Las turbulencias de Eskom se han trasladado a los mercados financieros. El rand sudafricano cayó durante la semana hasta su nivel más bajo desde el año 2002. En enero de 2014, algunos bancos centrales de países emergentes tuvieron que actuar de urgencia para frenar la caída de sus divisas, Sudáfrica entre ellos. Un año después, el país es el único que no ha podido quitar esa subida de los tipos, debido a la persistente debilidad del rand, y los expertos creen que antes de final de año vendrá otro ascenso.