
Solo ocho de las dieciséis empresas que pagan más de un 4% reparten pagos en metálico. ¿Revolucionará el Santander la carrera por ofrecer la mejor retribución real al accionista?
En la bolsa española, tradicionalmente la más atractiva en dividendos, resulta complejo apostar ahora por un caballo ganador en la retribución que no tenga que sortear obstáculos. Y no porque falten candidatos, sino porque algunas compañías han modificado tanto sus políticas que es difícil saber si la rentabilidad que ofrecen sus pagos es real o si tiene algún efecto negativo para el accionista. Aunque hay 16 valores que pagarán dividendos superiores al 4 por ciento con los beneficios de este año solo la mitad es pura sangre, solo ocho remuneran en efectivo y sin peligro aparente de recortes.
De momento, las apuestas más seguras son las de BME, Mapfre, Enagás, Gas Natural, Indra, Red Eléctrica, Abertis y Técnicas Reunidas. Todas ellas abonan retribuciones en metálico y los analistas no prevén rebajas de dividendo en los próximos años.
BME lidera este ránking al ofrecer en torno a un 5,6 por ciento con los tres pagos que repartirá a cargo de los resultados de 2015. La gestora de la bolsa española daba visibilidad a su política esta misma semana anunciando las fechas exactas en las que distribuirá sus dividendos durante este año. Los bancos de inversión esperan que, a falta del pago extraordinario que eliminó en 2014, BME eleve la retribución hasta 1,85 euros.
La fortaleza de Mapfre y Enagás es precisamente que sus elevadas rentabilidades por dividendo, superiores al 5 por ciento, se sostienen en mejoras en los próximos pagos. También Gas Natural, que en su momento recurrió al scrip dividend (al pago en acciones), reforzará su retribución con aumentos, según los bancos de inversión. Y ahora el interés cercano al 5 por ciento es en efectivo.
Hasta un quinto puesto ha adelantado posiciones Indra. La compañía de ingeniería parte desde este puesto después de reformular su política de dividendos hasta niveles más sostenibles. Indra redujo a la mitad el dividendo que pagó en 2013 y ahora los analistas prevén que realice un ligero aumento, de 34 a 35 céntimos por acción, que suponen una rentabilidad del 4,6 por ciento.
En la carrera por ofrecer el dividendo más atractivo no pueden faltar Red Eléctrica y Abertis. Dos compañías cuyos ingresos recurrentes respaldan una política de retribucón al accionista en la que es posible comprometerse a aumentos año a año. Aunque tampoco hay que perder de vista a Técnicas Reunidas: ha ganado posiciones en los últimos años y ofrece más de un 4 por ciento.
Una carrera de obstáculos
¿Y dónde quedan tradicionales dividendos como el de Repsol, Telefónica o Iberdrola? Pese a que las retribuciones de las dos primeras suponen alrededor de un 6,6 por ciento, estas compañías compiten en otra carrera, una en la que los accionistas se topan con un gran obstáculo: la dilución que sufren si optan por cobrar el dividendo en metálico.
En las políticas de scrip dividend los inversores tienen la posibilidad de recibir acciones, vender en mercado los derechos que les asignan o solicitar a la empresa que le abone el pago en efectivo. Si se decantan por alguna de las dos últimas opciones, su participación cae (al no participar en la ampliación de capital con la que la empresa retribuye) y, por tanto, sufren una dilución en los beneficios que obtiene la empresa. Es lo que le sucede a los accionistas de Repsol, Telefónica (que aún no ha aclarado si seguirá empleando esta fórmula), Abengoa, Iberdrola, BBVA, Ferrovial, CaixaBank, ACS o Santander.
Es cierto que la entidad que preside Ana Botín, la primera en introducir el scrip dividend en España, ha variado sustancialmente su política. Pasará a utilizarlo solo en uno de sus cuatro pagos, mientras que antes lo empleaba en todos. Eso sí, con un recorte de 0,6 a 0,2 euros al año. ¿Seguirán sus pasos otros bancos españoles? "Es un indicio de que las políticas de scrip dividend irán desapareciendo en la medida en que los bancos ya no necesiten seguir aumentando su capital de forma agresiva", señalan desde MG Valores. Y es que más que pensada para el accionista, esta fórmula está diseñada a medida para que la banca se haya fortalecido con el capital que ampliaba en cada pago.
BBVA ya manifestó su intención de retirarlo progresivamente (paga dos de cuatro en acciones) y algunos expertos creen que el movimiento del Santander no deja indiferente al sector. "Existe un grado alto de posibilidades de actuación de otras entidades", indican en Getino Finanzas EAFI. "La decisión de retirar la fórmula del scrip dividend como remuneración al accionista tendrá una gran influencia sobre sus homólogos en el sector. De la misma manera que tras ser el primero en utilizarla generó una influencia sobre el resto (financieras primero y no financieras después)", señala Manuel Campos, de Serfiex.
Lo siguiente que un inversor se plantea entonces es si otras compañías españolas fuera del sector pueden seguir o no el mismo camino. "Las empresas no financieras son las primeras que deberían haber dado este paso, ya que éstas no tienen la constante supervisión de los ratios de solvencia que sí sufren los sectores bancario y asegurador por parte de sus organismos reguladores", opina el experto de Serfiex. Victoria Torre, de Self Bank, considera que esto no sucederá: "No creemos que las demás compañías de diferentes sectores cambien su política de dividendos". Pero no hay que olvidar el descontento que manifiestan grandes accionistas de peso de estas compañías. Por eso, Miguel Casas, de Diverinvest EAFI, apunta que "aquellas empresas que hayan visto un malestar en sus accionistas por esta práctica, que acaba diluyendo la participación, pueden seguir sus pasos [los del Santander]".
Ahora bien, hay compañías que están contrarrestando este efecto dilutivo sobre el inversor mediante amortizaciones de acciones propias. ACS, por ejemplo, tras el scrip elimina el mismo número de títulos que ha creado. Ferrovial también amortiza y Repsol e Iberdrola tienen en marcha programas de compra con el mismo fin. Estas compañías pueden permitirse el lujo de reducir el capital porque no es como en la banca, que lo que trata es de fortalecerlo, sino que estas lo que buscan en el scrip es retener dinero en caja.
El peligro de recortes tras el 'scrip'
Cuando las empresas españolas quieran retirar el dividendo en acciones pueden encontrarse ante varios problemas. Uno de ellos es que hayan puesto en circulación tantas acciones que ahora el montante que necesitan para retribuir sea inabarcable. Necesitarán en ese caso bajar el importe, como el Santander. Aunque su caso es muy particular. Nuria Álvarez, de Renta 4, pone como ejemplo a CaixaBank. "Abona un dividendo de 0,2 euros y teniendo en cuenta el número de acciones mantener este importe en 2016 supondría aproximadamente el 50 por ciento de su beneficio neto esperado. Es una política que al menos se puede considerar sostenible. En el caso de Santander esto no ocurría, el importe de 0,6 euros no era sostenible". Por su parte, Félix González, de Capitalia Familiar, contempla ese escenario de recortes: "Aquí la cuestión principal es la fortaleza real de balance de la banca española y la necesidad de contar con mayores recursos propios. Ello puede significar un cambio general a peor en la política de dividendos".
Y no solo en las entidades financieras. Desde Gestifonsa señalan que efectivamente "se podría producir un ajuste entre algunas empresas del Ibex en términos de rentabilidad por dividendo, tal y como ha sucedido con el Santander, que la ha reducido a niveles entorno al 3,5 por ciento, otras compañías cotizadas podrían seguir los mismos pasos".
Pero, al final, ¿qué es preferible para un accionista? ¿Un dividendo muy alto, pero en acciones, o un pago menos elevado y en efectivo? "Aunque para las entidades el scrip dividend supone menos desembolso, para el accionista de largo plazo la dilución es muy alta, así que en el largo plazo creo que tiene más sentido pagar un dividendo menor pero en metálico y en línea con el mercado", opina Sara Carbonell, de CMC Markets.