La crisis del petróleo, producida por una caída del precio del crudo de casi el 50% en los últimos seis meses, empieza a ahogar a algunos de los grandes países productores. Los problemas de Rusia y Venezuela han sido de los que más se ha escrito, dado el tamaño de sus economías, sin embargo, el riesgo más próximo a España se encuentra a poco más de 150 kilómetros de la costa almeriense: Argelia. Esta distancia es casi la misma que recorre el gasoducto submarino que conecta a los dos países y por el que entra la mayor parte del gas que llega a España.
Argelia es un polvorín social, apaciguado a base de petrodólares destinados a los subsidios que han mantenido la calma ciudadana. La Primavera Árabe, que afectó a sus vecinos: Libia, Túnez y Marruecos, apenas tuvo importancia en Argelia, gracias principalmente al aumento del gasto social.
Pero ahora, la depreciación del petróleo ha frenado la entrada de divisas extranjeras y ha reducido los ingresos públicos, lo que ha disparado la incertidumbre en las últimas semanas. La prensa del país ya se ha hecho eco de una situación social y política complicada en la que las autoridades no contarán con el respaldo de un petróleo por encima de 100 dólares: "El tsunami de 2008 está en mente de todos", publicó la semana pasada el diario argelino Le Maghreb.
La dependencia de Argelia de los recursos energéticos es total: suponen un 97% de sus exportaciones y un 40% de su PIB. El país es el tercero de mayor producción de África, por detrás de Nigeria y Angola, y sus reservas probadas garantizarían la actividad por más de 50 años. Según un estudio elaborado por Bloomberg, de todos los países de la OPEP, Argelia es el que tiene menor capacidad para ajustar su nivel de producción, tanto al alza como a la baja y, además, es uno de los que tiene mayor necesidad de que el precio esté alto.
Un déficit preocupante
El endeudamiento de las administraciones públicas de Argelia no es preocupante, pero sí lo es el avance imparable del déficit presupuestario y el apalancamiento de las empresas públicas del sector, especialmente de la empresa de gas Sonatrach. A principios del año, el Gobierno aumentó el salario mínimo, los subsidios por la compra de bienes de consumo e introdujo incentivos fiscales para las pymes y la creación de empleo. Una situación que ha disparado el déficit del país y la deuda ha avanzado hasta niveles de 9.220 millones de dólares, explica Rodrigo Villamizar, profesor del IEB.
Durante los años en los que el precio del petróleo se situó por encima de 100 dólares, el país pudo elevar su gasto público sin deteriorar sus cuentas. Sin embargo, para este año su déficit anual podría dispararse hasta el 12,7% del PIB y para 2015 no se descarta que pueda estar por encima. Esto significaría elevar en dos años la deuda del país en un montante del 25% del PIB, cifras que podrían poner nerviosos a los acreedores internacionales. El país no tiene bonos ni CDS en el mercado secundario, por lo que no ha tenido tanta cobertura de la prensa.
Mientras tanto, Argelia quiere mantener la entrada de divisas y la actividad económica y ha prometido implantar un ambicioso programa de inversiones en infraestructura petrolífera entre 2015 y 2019. Este programa estará dotado de 80.000 millones de dólares a lo largo del lustro, esto es, un 38% del PIB del país. ¿Se podrá permitir Argelia tamaño nivel de gasto con el precio del petróleo en 60 dólares? ¿Lo hará con una divisa que se ha depreciado más de un 10% este año contra el dólar?