
Mucho se ha escrito desde que el todopoderoso Bill Gross sorprendiera a propios y extraños anunciando su salida de Pacific Investment Management Co, más conocida como PIMCO. La que llegó a convertirse en la gestora del mayor fondo privado de bonos del mundo, el archiconocido Total Return Fund, ha sufrido una debacle de la que probablemente no llegará a recuperarse jamás, ya que la salida primero de su consejero delegado Mohamed El-Erian y posteriormente de su co-fundador, Gross, han provocado una sangría de inversiones y mermado la reputación de la entidad, propiedad de la aseguradora Allianz y con sede en Newport Beach, California. Desde su marcha, PIMCO se ha desangrado con una fuga de 60.500 millones de dólares en los últimos tres meses.
De hecho, su salida provocó que el gobierno de Estados Unidos tuviera que asegurarse de que el mercado de renta fija, valorado en 100 billones de dólares, no se desestabilizaría. La agencia Bloomberg, detalla en un amplio reportaje cómo la caída del imperio de Gross en PIMCO fue fruto de rencillas internas, filtraciones a la prensa por parte de altos directivos y una tensión que llevó al propio Gross a proponer su retirada hasta al menos en tres ocasiones.
En mayo de 2013, cuando la Fed anunció el comienzo de la reducción de su compra de bonos, Gross, obsesionado con sus resultados, registró la mayor pérdida en casi dos décadas en el Total Return Fund. A partir de entonces su ira comenzó a mermar las relaciones con El-Erian y otros directivos de PIMCO.
La salida de El-Erian el pasado mes de enero fue la punta del iceberg del desmoronamiento de PIMCO. Por todos es sabido que Gross es un tipo excéntrico pero, hasta entonces, su relación con El-Erian había sido fuerte. El-Erian sabía templar los ánimos de Gross cuando éste estallaba frente a otros empleado de la compañía. Sin embargo, la erosión entre los que fueran los principales capitanes de la gestora terminó en un divorcio que llenó titulares de la prensa especializada. Por aquel entonces, el buque insignia de la compañía, el Total Return Fund, había comenzado a mostrar signos de flaqueza y algunos inversores empezaron a retirar sus inversiones.
Caza de brujas
Fue entonces cuando Gross desató una verdadera caza de brujas entre los empleados de la entidad. La marcha de El-Erian hizo que Andrew Balls, el gestor europeo, ascendiera hasta convertirse en subdirector de inversiones junto a Joshua Thimons. Para Gross tanto Balls como Thimons habían filtrado información a la prensa sobre los problemas dentro de la compañía y su objetivo era despedirlos. Sin embargo, sus ataques fueron frenados por Douglas Hodge, el consejero delegado que PIMCO y quien sucedió a El-Erian, y el presidente de la compañía, Jay Jacobs.
Una guerra de titanes que también estuvo inducida por los planes de PIMCO de expandir sus operaciones más allá de la renta fija y fijarse en la renta variable o el sector inmobiliario. Gross era rehacio a esta decisión ya que pensaba que la gestora debía simplificar su modelo de negocio e incluso despedir algunos de sus directivos, entre ellos Balls.
Ultimátum
Gross se fue de vacaciones el 20 de agosto con una propuesta sobre la mesa. Cedería poder y planearía una retirada pacífica sin Balls y Thimons, a los que se refería como "Mr. X" y "Mr.Y" eran despedidos. A su regreso, Gross dijo que compartiría su responsabilidad en la gestión del Total Return Fund con un compañero de viaje hasta finales de 2015 y que habría que buscar un candidato de forma inmediata. Sin embargo la situación se complicó aún más cuando Gross intentó de nuevo el despido de Balls, al que recomendó que dimitiera por el bien de la entidad. Los desprecios de Gross hacia Balls y otros gestores, provocó que muchos de ellos amenazaran con su salida de la compañía.
Dicho esto, las peticiones de Gross no fueron admitidas ni por Hodge ni por Jacobs. Consciente de su pérdida de influencia, comenzó a mantener conversaciones con el co-fundador de DoubleLine, Jeffrey Gundlach, al que ofreció sus servicios por un dólar, y con el CEO de Janus, Richard Weil. Finalmente se decantó por este último, anunciando su desembarco el pasado 26 de septiembre.