Tambores de guerra en el mercado. Las bolsas se desplomaron ante el incesante goteo de noticias pesimistas en la economía, ya no sólo europea, también estadounidense. Un pobre dato de ventas minoristas en EEUU y nuevas dudas sobre la banca griega encendieron la mecha. El Ibex sufrió su mayor caída intradía desde agosto de 2012 (un 4,2%), justo cuando los rumores de ruptura del euro eran más evidentes y antes de que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, saliese en rescate de la moneda única. "Haré lo que sea necesario para salvar el euro y, créanme, será suficiente", con esta frase se ganó el sobrenombre de Super Mario.
Dos años después, la economía de la eurozona vuelve a mirar de frente a la recesión. Con los Gobiernos de los estados miembro maniatados y sin aplicar reformas estructurales y con la demanda interna completamente paralizada, inversores y consumidores vuelven sus miradas a Super Mario. El banquero central, vestido de keynesiano como nunca antes y dispuesto a adoptar estímulos ínéditos en la eurozona, se topa con la realidad: una política monetaria que está atascada. Los mercados piden ayuda monetaria pero las balas se van agotando y los analistas son pesimistas. La situación se complica.
Mientras tanto, las esperanzas de que Europa se engancha al tirón de la economía estadounidense se van apagando y cada vez cunde más el temor de que EEUU se contagie de la debilidad del Viejo Continente. A todo ello, las dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas griegas sigue en el aire. Fitch mostró su pesimismo con los cuatro mayores bancos griegos, que podrían necesitar más capital, dudas que se unen a las que manifestó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, el martes sobre la posibilidad de que Grecia abandone el plan de rescate. En Bruselas hay cierta desconfianza con que Atenas pueda financiarse en el mercado, lo que arroja más incertidumbre sobre su futuro.
Unos ingredientes que provocaron el desplome de las bolsas europeas. Cinco meses atrás había que remontarse para ver como el Ibex 35 perdía los 10.000 puntos, y de nuevo se vio esa fotografía. El índice de referencia español se apuntó la segunda mayor caída del año tras dejarse un 3,59%, hasta los 9.838,5 puntos, el nivel más bajo desde el pasado marzo (el descenso más fuerte de 2014 lo protagonizó el pasado mes de enero al ceder un 3,64%). Aunque el Ibex era de los pocos que resistía a las cifras negativas en 2014, con el descenso de sucumbió al rojo y pierde un 0,8% en el ejercicio.
Entre el resto de los europeos, la bolsa griega fue la más afectada con una caída del 6,25% (que llegó a dejarse más de un 10%). Entre los diez valores que impulsaron la caída del Ase heleno se situó el Banco Nacional de Grecia que se desplomó más de un 11%. Sus títulos marcaron su precio mínimo en la historia de su cotización al llegar a los 1,85 euros. En una sola sesión la entidad financiera perdió más de 800 millones de euros de capitalización. Hasta el 4,4% llegó el descenso del Ftse Mib italiano, mientras que el Cac francés y el EuroStoxx 50 cedieron un 3,63% y un 3,61%, respectivamente.
"El escenario, ya complicado, adquiere tintes dramáticos. El principal motivo para la esperanza está en la fuerte sobreventa actual, fruto de una de las mayores correcciones de la tendencia alcista principal de las bolsas. Pero la sobreponderación de temores que tenemos en estos momentos no desaparecerá hasta que haya novedades importantes en el capítulo de expectativas macroeconómicas, que modifiquen el pesimismo actual", explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG.
El 'frenazo' de EEUU
Las malas noticias de EEUU corrieron como la pólvora en los mercados, lo que profundizó la debacle de las bolsas, a ambos lados del Atlántico. Al cierre del mercado europeo los principales índices de Wall Street se dejaban alrededor de un 2%. En el caso del S&P 500, a lo largo de la jornada llegó a descender más de un 3%, una caída que no registraba intradía desde el mes de noviembre de 2011. De este modo, el índice estadounidense se situaba en la zona más baja desde abril.
Se conoció que las ventas minoristas en el país cayeron un 0,3% mensual en septiembre, lo que significa el primer descenso desde enero. La sólida recuperación del país, que se ha basado principalmente en un consumo interno consistente, queda así en entredicho. Sin embargo, el optimismo de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, mitigó las caídas. Fuentes que asistieron a la reunión del FMI del pasado fin de semana confirmaron a Bloomberg que desde la entidad confían en que la debilidad de la economía mundial no lastre el crecimiento en EEUU.
La debilidad de la demanda interna de Estados Unidos frenó el avance del dólar y permitió al euro rebotar un 1% hasta 1,275 dólares. El petróleo también vivió otra jornada negra, ya que el barril de referencia en el país, el West Texas, cayó hasta 80 dólares durante la sesión, nivel que no pierde desde junio de 2012, también en plena crisis del euro. Los inversores volvieron a buscar refugio en el oro, que acumula ya tres sesiones consecutivas de apreciación. El metal dorado ha subido un 4,5% en una semana y media y se aproxima a 1.250 dólares la onza.
Europa pierde un 19%
Los principales índices del Viejo Continente caen de media un 19% desde que tocasen sus máximos del ejercicio, y es que desde ese nivel todos ceden más de un 10%. La periferia es la región más afectada. Así, selectivos como el portugués o el griego se dejan más de un 30% desde su techo anual.
Por su parte, el italiano Ftse Mib retrocede un 18,66% desde que en el mes de junio tocase su techo anual en los 22.502,97 puntos. Aunque también forma parte de los periféricos y su descenso desde máximos también supera el 10%, el Ibex 35 es el que menos corrige de los índices de la eurozona. Desde los 11.187 puntos en los que el índice de referencia español coronó su techo retrocede un 12,06%. En Estados Unidos la corrección desde los máximos anuales de los principales índices de Wall Street está entre el 7% y el 9%.
