La herencia de esta semana eran unos mercados tocados por el dedo inquisidor de Mario Draghi, presidente del BCE, señalando a aquéllos gobiernos que deben llevar a cabo medidas estructurales porque el mecenazgo de la institución monetaria -dio a entender- llega... hasta donde llega.
Y con ese caldo de cultivo, la primera fue en la frente: Alemania decepcionó durante los últimos días las expectativas del mercado en torno a varios datos económicos: los pedidos de fábrica (cayeron en agosto el doble de lo esperado); la producción industrial (más de dos veces inferior a la prevista), y el dato de importaciones y exportaciones de agosto. Para más inri, el Fondo Monetario Internacional recortó sus previsiones de crecimiento mundial, y espera ahora que la economía española crezca incluso más que la alemana el próximo año.
Además, los números que maneja el consenso de economistas de los principales bancos de inversión internacionales, adelantan que Alemania anunciará el próximo 14 de noviembre que ha entrado en recesión (sería su segundo trimestre consecutivo de contracción económica) y que Francia comunicará que, por tercer trimestre consecutivo, su economía ha crecido un redondo 0%.
Las bolsas entran en pérdidas en 2014
Ese temor a la salida en falso de la recuperación económica que estaba, hasta ahora, capitaneando el buen tono de las bolsas -con la ayuda del dopaje de los banqueros centrales-, ha teñido de rojo a los principales parqués en la última semana. En el caso español, el Ibex retrocedió un 3,95%, con el agravante en la sesión del martes del primer caso de contagio de ébola en Europa. Su saldo semanal es negativo, pero en el año todavía consigue aguantar como una de las dos bolsas europeas (de las principales) que resisten el saldo positivo -con un 2,3%-. La otra es la italiana, que aunque cedió un 5% en la semana, defiende un 1,2% en 2014.
Caídas superiores al 4%
El índice más representativo de Europa, el Stoxx 600, vivió su semana más negra en más de dos años (perdió un 4,5%, no visto desde mayo de 2012). La peor parte ha ido a parar, además de al parqué italiano, al francés y al alemán. La bolsa gala perdió un 4,5% en los últimos cinco días, y eso le deja con un balance anual que roza el 5% de caída. Alemania sufre con más fuerza. Su principal indicador, el Dax ha perdido esta semana casi otro 4%, convirtiéndolo en el peor de entre los principales europeos en 2014: pierde un 7,5%, y eso que se trata de un índice total return, es decir, que incluye los dividendos.
Resisten los soportes importantes
De hecho, el Dax fue uno de los índices más vigilados desde Ecotrader para valorar la importancia de las últimas caídas. "La zona de mínimos de agosto es donde se encuentran de forma general los soportes clave en tendencia, de cuyo mantenimiento depende que no tengamos que cuestionar la tendencia alcista de los últimos dos años", apunta Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. Pero, alcanzados esos soportes, por ahora han resistido en pie: "El Dax 30 alcanzó el viernes la base de lo que podría ser una amplia bandera, esto es, los 8.800 puntos. Este es un entorno de giro potencial donde podría valorarse una entrada si finalmente se formara un reversal". El índice está ahora en el nivel más bajo desde hace un año.
Sangría en las pequeñas compañías
Con quienes más se ha cebado la corrección ha sido con los pequeños y medianos valores. No solo en Europa, porque en Wall Street, el Russell 2000, sufrió una caída semanal superior al 4%. No había sufrido tal ataque bajista en una semana desde hace dos años y medio. Así que la réplica en las bolsas europeas fue similar. Si el Ibex se dejó un 3,9%, el índice de pequeñas compañías españolas (Ibex Small Cap) perdió un 5,7%. También dos puntos porcentuales perdieron las pequeñas compañías francesas respecto al resto del mercado, y en Reino Unido casi un punto más.
La volatilidad en máximos de febrero
Wall Street no ha sido ajeno a la preocupación por el crecimiento económico. Sus principales índices han sufrido pérdidas en torno al 2% e incluso el Dow Jones titubea ya entre el signo positivo y el negativo en el balance anual. La prueba de que los nervios también han llegado hasta los mercados bursátiles de Nueva York es que la volalitidad (medida por el índice de miedo, el Vix), ha alcanzado los 20 puntos, máximos desde febrero.
El petróleo, en mínimos de cuatro años
Y si alguien está descontando tanto o más que las bolsas que el crecimiento economico mundial se espere ahora menor, es indudablemente el petróleo. El barril de referencia en Europa, el Brent, ya ha caído por debajo de los 90 dólares, llevando su precio a un nivel no visto en cuatro años. Por contra, el oro, que había caído al nivel más bajo desde 2010, sirvió de refugio en una semana bajista para los activos de riesgo, y repuntó desde mínimos un 2,4%, hasta los 1.221 dólares.
El bono americano, el otro refugio
Los inversores también se resguardaron esta semana en renta fija de algunos países europeos, presionando a la baja las rentabilidades de bonos como el español (cuando hay compras, sube su precio pero, al contrario que en la bolsa cae la rentabilidad). La del 10 años español cedió 4 puntos básicos, hasta el 2,052%. El portugués, 10 puntos, y el bono a 10 años americano vio caer su rendimiento 13 puntos básicos, del 2,43 al 2,30%.