
Faltan 20 días para que entre en vigor la nueva normativa de planes de pensiones establecida por el Gobierno, que obliga a bajar la comisión máxima de gestión de los planes de pensiones al 1,5% (en lugar del 2% anterior), y todavía casi la mitad de todos los fondos que hay en España sigue imponiendo al partícipe el coste máximo.
2 de octubre de 2014. Ese es el día en que entrarán en vigor los nuevos límites de las comisiones establecidos por el Estado. Cuando se publicó el borrador del proyecto, en noviembre de 2013, un 53% de estos productos superaba este límite, frente al 45% actual.
Ángel Martínez Aldama, director general de Inverco, explica las claves de este proceso: "La reducción de pensiones se aprobó en un Real Decreto publicado el 2 de agosto, dando un plazo máximo de dos meses para su adaptación. Por lo tanto, el 2 de octubre deberán estar adaptadas todas y modificadas las especificaciones de los planes afectados".
Pues bien, a día de hoy, de los 1.404 planes de pensiones que hay domiciliados en España según los datos de Morningstar, 630 tienen todavía un coste máximo de gestión anual que supera el 1,5%. De hecho, un 23% del total tiene la máxima del 2%; 590 entre el 1 y el 1,5% (un 42%); y 184 inferior al 1% (el 13% restante).
Para Javier Sánchez López, responsable de planes de pensiones de Citibank España, aún queda tiempo. En su opinión, "dado que la publicación se realizó en el mes de agosto en plena época vacacional y que aún queda plazo para poder aplicar las nuevas comisiones, las mayoría de las entidades no han comenzado a aplicar los nuevos límites". No obstante, quienes no lo hagan a tiempo "se enfrentarán a sanciones", asegura.
Bajas rentabilidades
Es cierto que en muchos casos las comisiones elevadas justifican la gestión activa que hay detrás, que ofrece (o debería ofrecer) al inversor un valor añadido. Pero en muchos otros casos no es así. En este sentido, Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics, explica que "para añadir atractivo a los planes de pensiones sería necesario cambiar la fiscalidad aplicable a las plusvalías en el momento de rescatar la inversión. Con la normativa actual, el coste fiscal merma en gran medida las rentabilidades acumuladas".
Para analizar el buen o mal comportamiento de estos productos se debe hacer, según recomiendan los expertos, en el largo plazo. Pues bien, de los 608 planes de pensiones que hay domiciliados en España desde hace una década, 387 (un 64%) baten el coste de la vida -teniendo en cuenta que la tasa anualizada del IPC en los últimos diez años es del 2,4%-. Mientras que los 221 restantes (un 36%) no lo consigue.
A pesar de que la cifra se ha incrementado con respecto al cierre de 2013, cuando ni la mitad de estos productos conseguía batir a la inflación, la cantidad sigue siendo insuficiente si se tiene en cuenta que el objetivo de un producto de ahorro a largo plazo es, como mínimo, superar el alza de los precios. De lo contrario, el ahorrador no sólo no estaría ganando dinero sino que estaría perdiendo poder adquisitivo.
No obstante, Aldama insiste en que "las rentabilidades se deben ver en diferentes plazos al igual que la inflación. Por ejemplo, a 24 años la rentabilidad media de los planes de pensiones es del 4,91 por ciento y la inflación se sitúa en el entorno del 3 por ciento".
En cualquier caso, el retorno medio anualizado de estos productos en la última década ha sido del 2,87 por ciento. Y sin embargo, son los menos rentables los que más cobran al partícipe. Si se analizan aquellos fondos que no baten a la inflación en los últimos diez años, se observa que más de la mitad (en concreto, un 55 por ciento) tiene una comisión de gestión superior al 1,5 por ciento, según los datos de Inverco. Y que nueve de los diez fondos menos rentables a una década supera el límite de comisión de gestión establecido.
Poca gestión activa
Es evidente que los dos problemas fundamentales de estos productos son sus elevadas comisiones y escasas rentabilidades. En este sentido, Paula Mercado opina que "la gestión de los planes de pensiones no se cuida adecuadamente, debido principalmente a su carácter de inversión a largo plazo. Esta característica, unida al uso generalizado de los planes de pensiones como un instrumento para reducir la carga fiscal en el IRPF, hace que los partícipes no se preocupen de exigir periódicamente resultados en línea con el resto de productos de inversión".
Esto, en un panorama en el que cada vez es más necesario contratar un plan de pensiones privado para complementar la menguada pensión pública -a tenor del envejecimiento de la población- no es una cuestión baladí. Parece que esta idea ha ido calando en los inversores y este año, el ahorro privado para la jubilación ya ha superado a la hucha de las pensiones estatal por primera vez en siete años.
Según los datos Inverco a cierre de julio, el patrimonio de los planes de pensiones privados fue de 60.955 millones de euros, y el del Fondo de Reserva de la Seguridad Social -es decir, la hucha que se utiliza para atender a las necesidades de pago de las pensiones contributivas a las que el Sistema de Seguridad Social no puede hacer frente- de 54.689 millones de euros, lejos de los 66.815 millones que este mecanismo llegó a acumular en 2011, su cifra récord de la serie 2000-2014.