¿Miedo? ¿Quién dijo miedo? Portugal, en el punto de mira por la crisis que vive uno de los principales bancos del país -Grupo Espírito Santo (GES)-, no sólo cumplió ayer con creces su objetivo de obtener financiación en el mercado, sino que además lo consiguió pagando los intereses más bajos de su historia por colocar letras a 3 y 12 meses.
La de ayer no fue una subasta cualquiera. Fue la primera toma de contacto del Tesoro Público luso con el mercado después de que se desencadenara la descomposición de GES. Y lo que quedó claro es que, a pesar de las dudas que se volvieron a crear sobre el sistema financiero luso en un inicio, los inversores respaldaron con sus compras la deuda pública portuguesa.
A ello favoreció también el objetivo menos pretencioso que se marcó su organismo público, ya que hace una semana redujo la cantidad a captar desde los 1.250 millones de euros a los 1.000 millones. De ellos, 800 millones los colocó en letras a 12 meses, por las que pagó un 0,21 por ciento frente al 0,45% de junio. Los otros 200 millones se destinaron a letras a 3 meses, por las que desembolsó un tipo de interés medio del 0,097% -casi la mitad que en la anterior emisión-.