Afirma que las economías de los países que han acometido reformas se están comportando mejor. El Ibex, a un 0,8% de ceder el 10.000, vive su sexto día bajista con el euro en mínimos de 11 meses.
Aunque la expectativa de una reunión de política monetaria en un mes de agosto suele ser baja, si su protagonista es Mario Draghi la situación cambia por completo. El presidente del Banco Central Europeo no anunció ambios en la política de la entidad -los tipos seguirán en el mínimo del 0,15% y la facilidad del depósito en tasas negativas-, pero sí ha dejado lecturas que el mercado, ya tocado, ha interpretado a la baja.
La primera de ellas, que los tipos de interés permanecerán en niveles bajos por un periodo prolongado -algo habitual en sus últimos discursos-, pero esta vez puntualizó que la divergencia entre la política monetaria de EEUU y la eurozona "se mantendrá durante mucho tiempo". Mientras que EEUU ya está pensando en la primera subida de tipos de la crisis, el BCE ha dejado claro que en la eurozona la política seguirá siendo expansiva.
El segundo mensaje importante ha sido su advertencia sobre la recuperación. Mario Draghi ha reconocido que el crecimiento sigue siendo "débil y desigual". Consciente de que "se ha ralentizado", ha puesto sobre la mesa el impacto que pueden tener las tensiones geopolíticas que se están produciendo en distintos puntos del planeta. "Está bastante claro que si esos riesgos geopolíticos se materializan, los próximos dos trimestres presentarán un crecimiento económico más bajo. Otra historia completamente diferente son los países que no han hecho reformas o han hecho muy pocas, en los que se ha venido observando esa debilidad trimestre tras trimestre".
De hecho, el presidente del BCE dio un tirón de orejas a estos países, al señalar que las economías que han acometido reformas estructurales se están comportando mejor. "No es sólo un mensaje indirecto para Francia e Italia, sino que va más allá aludiendo a la necesidad de cierta cesión de soberanía para realizar reformas", apunta Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis. De todas las tensiones geopolíticas que se están produciendo, es el conflicto entre Rusia y Ucrania el que, según Draghi, "va a tener un mayor impacto en la eurozona".
Es esa incertidumbre económica parte de los motivos que han llevado al BCE a "intensificar los preparativos" para su programa de compra de activos. Pero al BCE no solo le preocupa la recuperación. Tampoco quita ojo a la inflación, que prevé que continúe baja, ni a la divisa común.
Euro y bolsa, repiten el 'rojo'
Fruto de los caminos dispares que siguen EEUU y la eurozona en materia monetaria, el euro ya se deprecia un 4,12% contra el dólar desde máximos, y ayer, cedió otro 0,17% patrocinado por Draghi. El presidente del BCE aludió a que se ha visto un incremento significativo en las posiciones bajistas en la moneda común. "Ha ido un paso más allá al decir que los fundametales para que el euro siga cayendo son ahora más consistentes. Los motivos son: un entorno económico en Europa que no se está recuperando, las subastas de liquidez y la diferencia de ciclo monetario que tiene Europa con EEUU", apunta Alberto Pazos, de Omega IGF. También la renta variable europea volvió a ser objetivo de fuertes ventas. Una situación que no palió precisamente Mario Draghi con sus advertencias sobre la economía. En este sentido, el Ibex 35 sumó la que fue su sexta jornada consecutiva a la baja al caer un 1,6%. Así, cerró en los 10.078,6 puntos, apenas a un 0,8% de perder los 10.000 puntos. De hecho, tan solo Gamesa consiguió coronar la sesión con un alza del 1,5%. Es más, nueve valores registraron su precio más bajo en el año: Amadeus, Grifols, OHL, ArcelorMittal, FCC, Banco Popular, Mapfre, Indra e IAG.
"Caídas generalizadas en las bolsas europeas que siguen sin mostrarse capaces de formar un rebote, algo que consideramos podría tomar cuerpo en cuanto el Ibex alcance la zona de soporte de los 10.000 y el Dax haga lo propio con la zona de mínimos del año de los 8.950/9.000 puntos", explica Joan Cabrero, estratega jefe de Ecotrader. De este modo, el índice alemán también se encuentra a un paso de perder los 9.000 puntos, ya que la caída del 1 por ciento que sufrió ayer lo situó en los 9.038,97 puntos. Por otro lado, mientras que el Ftse Mib italiano cedió un 1,9 por ciento, el Cac 40 galo y el EuroStoxx 50 se dejaron un 1,4 y un 1,2 por ciento.
Esa huida de la bolsa también se repitió en la deuda periférica, donde la rentabilidad del bono español a 10 años escaló 7 puntos básicos, hasta el 2,626%. Así, los inversores se refugiaron en la alemana. Mientras que su referencia a 2 años llegó a marcar tasas negativas durante el día, su 10 años renovó mínimos históricos en el 1,062 por ciento.