Los inversores siguen apostando por estos mercados, que encadenan cuatro meses consecutivos de entradas de dinero neto, tanto en fondos de renta fija como de bolsa.
Se cumple algo más de un año desde que el ex gobernador de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, anunciara ante el Congreso el inicio del tapering, es decir, el comienzo del fin de la política monetaria ultra expansiva en Estados Unidos. La noticia debía congraciar a los mercados a nivel global, pero lo cierto es que produjo una contracción de flujos hacia los mercados emergentes.
Desde entonces, mucho ha cambiado la historia. Si a comienzos de año eran los grandes penalizados, estos mercados han sabido resurgir de sus cenizas como el ave Fénix. Ya venimos contando desde hace unos meses que el mercado parece haber olvidado estos temores y el dinero se dirige de nuevo hacia ellos. Pero quien dio la voz de alarma fue, una vez más, el gurú de estas economías, Mark Mobius, que a finales de mayo anunciaba esperanzado: "La corrección en los mercados emergentes ya ha pasado. El momento de entrar ha llegado".
Y es que ni siquiera los últimos conflictos han conseguido frenar los flujos positivos de dinero. Así lo confirman los datos. Álvaro Ortiz Vidal-Abarca, de BBVA Research, explica a este respecto: "La situación en Ucrania y Rusia ha generado de momento una transferencia de flujos de unos países emergentes a otros, pero de momento no se ha convertido en un aumento de la aversión global al riesgo". Este mismo estandarte es el que sostienen desde Fidelity. Desde la firma de inversión aseguran que "los conflictos en países como Ucrania están provocando mucha volatilidad, pero pensamos que si se invierte valor a valor, de forma selectiva y a través de una comprensión profunda de cada negocio, no solo se puede lograr evitar las pérdidas sino lograr rentabilidades significativas a largo plazo".
El gusto por estos mercados se afianza
Estas opiniones no hacen sino avalar lo que los datos corroboran. Según los datos de Morningstar, a nivel global sólo en el mes de julio han entrado unos 2.137 millones de euros en fondos de renta fija emergente -la tercera categoría con mayor flujo de entrada, solo por detrás de los fondos mixtos en euros y la deuda corporativa en libras-, y unos 2.236 millones en los de bolsa emergente. Pero si abrimos un poco más el objetivo, con éste ya suman cuatro meses consecutivos de entradas de dinero nuevo (de abril a julio, ambos incluidos) en los que habrían ingresado más de 13.000 y 10.000 millones de euros en cada categoría. De hecho, hay que remontarse hasta noviembre de 2013 para ver un mes en el que saliera más dinero del que entraba en fondos de renta variable emergente. Y en el caso de fondos de renta fija, hasta mayo de ese mismo ejercicio. Y precisamente desde ese mes no se experimentaba una racha tan larga de suscripciones de ambos tipos de productos hasta la actual.
¿Cuál ha sido su catalizador? Jaime Díez, analista de XTB, asegura que ha sido gracias a los siguiente factores: "los elevados precios de las acciones americanas, la deficiente situación económica de la eurozona y el conflicto militar con Rusia. Los malos resultados de la economía japonesa tras el incremento de ventas en Japón, así como el menor rendimiento de las materias primas y los bajos tipos de la deuda pública, dejan pocas alternativas para el inversor activo que busca el mercado con un mejor rendimiento". Por eso, no extraña que el ahorrador haya ido a buscar más rentabilidad a otros mercados.
Pero no es sólo eso, el reloj de la inversión apunta hacia ellos: según Morningstar, a nivel global, el 99 por ciento de los fondos de deuda emergente sube en el último trimestre, y el 98 por ciento de bolsa (unos porcentajes que también se mantienen en niveles elevados si se tienen en cuenta las rentabilidades del último mes). Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta el comportamiento que han registrado sus índices de referencia.
Carrera hacia máximos
La renta variable emergente está viviendo su particular rally alcista desde comienzos de año. Y nada más lejos de la realidad, precisamente es el PFTS, el índice de referencia de la bolsa ucraniana, es el que más sube: un 60 por ciento en 2014 -y todo a pesar del conflicto entre Ucrania y Rusia, cuyo índice de referencia retrocede un 16 por ciento en lo que va de año-. Eso sí, tampoco es el único, el Merval argentino también ha escalado un 65 por ciento en el mismo periodo. Frente a esto, el inversor sólo habría podido aprovecharse de subidas del 10 por ciento en Europa (el Ftse Mib italiano es el que más sube) y del 6 por ciento en Estados Unidos (en el S&P 500).
Ante este panorama, el ahorrador podría preguntarse: a estos niveles, ¿sigue siendo interesante entrar? Desde Fidelity así lo creen: "Sus valoraciones se encuentran en mínimos de diez años y cotizando con un descuento de alrededor del 30 por ciento respecto a los mercados desarrollados. De cara al futuro, se encuentran en una posición más fuerte que los mercados desarrollados, ofreciendo un crecimiento genuino en lugar del cíclico que tenemos en Europa y EEUU. Tomando esto en consideración, pensamos que es un buen momento para invertir en ellos", aseguran.
Asimismo, Olivier Ginguené, director de estrategia de Pictet, justifica su preferencia por ellos: "Los emergentes ofrecen mejor valor que los mercados desarrollados, a unas 10,8 veces beneficios esperados, con un injustificado 25 por ciento de descuento dadas las mejoras de perspectivas económicas a largo plazo". Eso sí, lo común ahora es señalar el objetivo en el gigante asiático. Heinz Ruettimann, analista de Julius Baer, asegura que "el foco ahora está en China, cuyo mercado es muy probable que mantenga su momento positivo". Un punto de vista que también defienden desde Fidelity, donde además señalan hacia África: "Su población pasará de 1.000 a 1.500 millones de personas en 2030, y la mitad de ellos vivirán en ciudades en 20 años", aseguran.
¿Cómo puede ganar exposición a la renta variable de estas economías? Una opción es hacerlo a través de un fondo de inversión. Entre los diez mejores de bolsa emergente -ver gráfico- hay dos que obtienen el máximo rating Morningstar: cinco estrellas. Se trata de Templeton Emerging Mkts Sm Cos A Acc y Robeco Emerging Conservative Eqs B EUR. No obstante, sus similitudes no acaban ahí, también suben un 13 por ciento en el año (desde Morningstar no se especifica si tienen inversión mínima).
En cuanto a deuda emergente, parece que la corrección de muchos mercados en 2013 ha abierto nichos interesantes de inversión. Colm McDonagh, director de deuda emergente de BNY Mellon, comenta: "Tras la implementación de políticas de flexibilización cuantitativa, la demanda de rentabilidad se ha disparado. Dada la remuneración adicional que reciben los inversores por el riesgo que asumen al invertir en los mercados emergentes, este sector puede parecer atractivo".