Los rumores desatados en el sector tabaquero tras la decisión de Imperial Tobacco de deshacerse progresivamente de Logista han llevado a la compañía británica a máximos históricos en la Bolsa de Londres y ha contagiado a fabricantes como las estadounidenses Reynolds American y Lorillard.
Las tres compañías han asumido que no son lo demasiado grandes para competir con los verdaderos monstruos del sector: Philip Morris (PM.NY) (que comercializa Marlboro y Chesterfield), British American Tobacco (BATS.LO) (Lucky Strike y Pall Mall) y Japan Tobacco (Camel y Winston fuera de Estados Unidos), y han movido ficha.
Imperial Tobacco (IMT.LO) (Ducados y Fortuna para el mercado español) recibió ayer la aprobación de la CNMV de su oferta pública de venta (OPV) de su filial de distribución. La operación ha elevado el ruido corporativo en la medida que la venta de Logista pueda estar propiciada para hacer caja y, con esta, defenderse con una adquisición de un posible opa. Paralelamente, los rumores de fusión entre Reynolds American y Lorillard han cogido fuerza en los últimos días.
Este escenario llevó a las tres empresas a marcar máximos históricos el pasado 20 de junio y es que se han abierto varios finales posibles a esta trama corporativa que ha puesto en alerta a los inversores.
Por un lado, Imperial Tobacco podría usar el dinero fresco obtenido de la venta de Logista para hacerse con Lorillard, aunque ésta parece la opción menos plausible.
Más cerca estaría la posibilidad de que la fusión entre ésta y Reynolds American se materializara y la británica se hiciese con las marcas que la compañía resultante tendría que vender por exigencias de las autoridades de competencia. Una situación similar podría darse si British American Tobacco (BAT), que tiene un 42 por ciento de Reynolds American, se hiciera con el cien por cien, de lo que también se podría aprovechar Imperial Tobacco.
Sin embargo, hay más opciones. Por ejemplo, que la pérdida de lastre de la tabaquera británica acabara en una Oferta Pública de Adquisición (opa) sobre ella de alguna de las tres grandes. En definitiva, un verdadero baile de intenciones que mantiene candente un sector castigado por el cambio en los hábitos de consumo, el contrabando y la presión regulatoria, pero que se defiende al contar con una demanda inelástica, dado el carácter adictivo del tabaco. Y es que, aunque no se trata de un bien de consumo básico, se comporta como tal.
De hecho, el consenso de expertos de FactSet estima que las siete grandes tabaqueras (Philip Morris International, BAT, Japan Tobacco, Imperial Tobacco, Reynolds American, Lorillard (LO.NY) y Swedish Match) cerrarán 2014 con un retroceso de sus ganancias superiores al 2 por ciento de media, destacando la caída de Japan Tobacco, de más de un 13 por ciento. Una situación que prevén que se corrija en 2015, para el que se estima que la media del crecimiento del beneficio se acerque al 10 por ciento.
Por otro lado, entre tanto ruido corporativo, las tabaqueras no han dejado de correr en bolsa en lo que va de año, destacando, por supuesto, el recorrido de Imperial Tobacco, Reynolds American y Lorillard, con subidas del 15 por ciento, 21 por ciento y 20 por ciento, respectivamente. El resultado es que todas han agotado su carril alcista excepto Japan Tobacco, que mantiene un potencial del 12,4 por ciento, y BAT, que apenas tiene un 4,2 por ciento de camino hasta el valor justo que los analistas le conceden en bolsa.
El caso de Japan Tobacco es reseñable porque es la única recomendación de compra clara entre las tabaqueras. Cerca del consejo de compra se mueve también BAT. El resto son mantener.