El impacto de la decisión histórica del Banco Central Europeo (BCE) sobre el mercado de divisas empezó siendo el esperado. El conjunto de medidas adoptadas, que introducirán en el mercado medio billón de euros y que situarán los tipos de interés en mínimos históricos, llevó al euro a cotizar en el entorno de los 1,35 dólares, niveles que no se veían desde el pasado mes de febrero.
La reacción del mercado a las decisiones de la entidad, que empezaron a comunicarse a las 13:45 horas, fue inmediata. Sin embargo, hacia el final de la rueda de prensa del presidente de la institución monetaria, el euro se dio la vuelta, para acabar la sesión con ganancias respecto al dólar. ¿Qué provocó este giro?
Fue la actualización de las previsiones macroeconómicas que realizó el jueves el BCE el motivo de este cambio en la dirección del euro. Si antes la entidad esperaba que el promedio del tipo de cambio se situase en el entorno de los 1,36 dólares entre 2014 y 2016, ahora apunta hacia los 1,38 dólares. Un cambio significativo, que podría reflejar que, en efecto, la institución monetaria se conforma con un tipo de cambio alto en niveles de promedio de los últimos cuatro años.
Los niveles promedio de los últimos cuatro años se situaron siempre por debajo de los 1,38 euros, lo que significa que el BCE reconoce que el euro se mantendrá en la franja alta del par. La media móvil del euro a 365 días se situó por última vez por encima de este nivel en el segundo trimestre de 2010. En el momento en el que el propio Draghi reconoció que la zona de 1,38 dólares será la que predomine en el mercado, el euro frenó su corrección y avanzó por encima de los 1,36 dólares en minutos.
Un discurso contradictorio
A pesar de que el BCE asumió que el tipo de cambio se mantendrá en el entorno de los 1,38 dólares durante los próximos tres años, también advirtió que vigilará de cerca la evolución de la moneda única.
Además, en esta ocasión fue un paso más lejos, ya que destacó en primer lugar el impacto del tipo de cambio sobre la consecución de su objetivo de inflación, por delante incluso de los precios de la energía, que hasta el jueves tenían un peso mayor en el discurso del presidente del BCE.