Tim Cook, el mandamás del fabricante del iPhone, llegó, vio y venció con los resultados presentados el miércoles. A falta de un gadget que deje boquiabierto a sus feligreses, Apple optó por la ingeniería financiera para endulzar a sus accionistas.
Mientras el delfín de Steve Jobs reconocía que el precio actual de la acción "no refleja el valor de la compañía", el split de siete acciones por una, convierte al Olimpo de Cupertino en un ídolo de masas a nivel bursátil y abre el camino para que Apple llegue a formar parte del Dow Jones de Industriales.
El cambio -se materializará en su cotización el 9 de junio-, bajará el precio de sus títulos hasta los 75 dólares desde los 567 actuales, un nivel que le posiciona para entrar a formar parte del indicador con 118 años de historia. Hasta ahora, Apple no contaba con posibilidades de convertirse en un blue chip del Dow, ya que el precio de sus títulos distorsionaría la lectura del indicador, un referente para la economía estadounidense.
Elucubraciones a un lado, Apple sigue expandiendo su recompra de acciones, que aumentará en otros 30.000 millones de dólares, hasta un total de 90.000 millones. Además, incrementará su dividendo trimestral un 8% hasta los 3,29 dólares. La caja de la compañía sigue engordando hasta lograr casi los 151.000 millones, de los cuales 132.000 millones se encuentran fuera de territorio estadounidense para evitar la presión del fisco, de ahí que no se pueda usar dicha cantidad para devolver dinero a sus inversores. Dicho esto, Cook afirmó que Apple compró un total de 24 empresas en los últimos 18 meses.
El nuevo director financiero, Luca Maestri, dejó claro que Apple tiene intención de seguir aumentando su dividendo. Pero, con sólo 18.000 millones de caja a su disposición en EEUU, el fabricante de Apple tendrá que acudir a los mercados de deuda para financiar los próximos retornos de dinero fresco a sus inversores.