La Reserva Federal de Estados Unidos dejó un sabor agridulce entre la banca del país a última hora del miércoles, como informamos en algunas ediciones. Mientras Janet Yellen y sus chicos se encargaron de poner en cuarentena a las cinco ovejas negras del sector financiero, cercando cualquier tipo de retribución en efectivo a sus inversores, 25 bancos patrios no tardaron en agasajar a sus accionistas con incrementos de dividendos y recompras de acciones por un valor que ronda los 60.000 millones de dólares.
Tras el veredicto, podría decirse que los bancos repartirán cerca del 60% de sus beneficios entre sus parroquianos.
Pero no todo el monte es orégano. Citigroup (C.NY), por ejemplo, vio cómo su plan de multiplicar por cinco su dividendo trimestral y orquestar una recompra por valor de 6.400 millones de dólares fue vetado por los funcionarios del banco central. Pero la entidad capitaneada por Michael Corbat no fue la única que se vio forzada a frenar cualquier tipo de retribución. Santander Holdings USA, HSBC North America Holdings, RBS Citizens Financial Group y Zions Bancorp, ésta última ya fustigada en las pruebas de estrés dadas a conocer la semana pasada, vieron cómo "la debilidad" presentado en la Revisión y Análisis de su Capital (CCAR, por sus siglas en inglés) dio al traste con cualquier intención de efectuar recompras de acciones o aumentar su dividendo.
Tanto para HSBC como RBS Citizen y la filial estadounidense de Santander, "las deficiencias identificadas en sus planes de capital fueron lo suficientemente importantes como para poner en duda la sostenibilidad de sus procesos de planificación de capital, obligando así a revisarlos y volver a presentarlos", apuntó la Fed en su informe. Sin embargo, en el caso de la entidad con origen español no debemos pasar por alto que ésta realiza un scrip dividend que se aleja del jugoso concepto de retribución en efectivo al que están acostumbrados los inversores estadounidenses.
Mientras las taras en el rebaño bancario pasaban factura al KBW Bank Index, que ayer operaba a la baja con caídas superiores a un 1%, liderado por Citigroup, que recortó más de un 5%, los inversores de otras entidades se centraron en los planes de retribución concretos de los principales bancos del país. Cabe destacar que Bank of America y Goldman Sachs alcanzaron el aprobado de la Fed por los pelos, tras rebajar sus expectativas en el corto periodo que separó los resultados de las pruebas de esfuerzo de la semana pasada y el veredicto de los planes de retribución del miércoles.
El segundo mayor banco por activos a este lado del Atlántico, dirigido por Brian Moynihan, podrá elevar un 4 por ciento su dividendo, además de proceder a una recompra de acciones de 4.000 millones de dólares. "Sabemos que es importante para nuestros accionistas el aumento del dividendo común y nos complace devolver el exceso de capital a través de dos recompras y aumento del dividendo", dijo orgulloso el consejero delegado de Bank of America. Lloyd Blankfein, el maestro de ceremonias en Goldman Sachs fue más comedido y afirmó que el plan de retorno de capital a sus inversores "ofrece la flexibilidad de gestionar nuestros recursos devolviendo el exceso a nuestros accionistas".
Cierto es que esta vaca sagrada de Wall Street quedó obnubilada por uno de sus competidores, Morgan Stanley, que nada más conocerse los resultados de la Fed anunció una recompra por valor de 1.000 millones de dólares y duplicó su dividendo trimestral hasta los 10 centavos de dólar. James Gorman, su mandamás, aprovechó para recordar que esta decisión "es sólo un escalón más en el plan de la compañía durante los próximos años".
Otro de los bancos que cantó victoria fue JP Morgan Chase. Pese a que Jamie Dimon y su equipo han sufrido un importante golpe de popularidad, especialmente por las multimillonarias multas, la mayor entidad bancaria de EEUU anunció un incremento de sus dividendo trimestral hasta los 40 centavos, desde los 38 centavos actuales. Todo ello salpimentado con una recompra de acciones por valor de 6.500 millones de dólares.