A una semana de que se reúna la Reserva Federal de EEUU y anuncie si da otro tijeretazo a los estímulos a la economía o no, el dólar dejó paso libre para que el euro se apreciase. La divisa norteamericana se depreció frente a siete de sus diez principales cruces permitiendo al euro acercarse al nivel de los 1,37 dólares.
El alza de en torno al 1% que experimentó la divisa europea se sustentó en los buenos datos de actividad manufacturera en Francia y Alemania (ambas lecturas superaron las previsiones de los analistas).
Mientras tanto, en EEUU, varios datos decepcionaron las previsiones, como unas ventas de viviendas de segunda mano menores, o el índice de la Fed de Filadelfia, que registró una lectura de 0,16 puntos, frente a los 0,9 esperados. Con el tropiezo de este jueves, la divisa norteamericana se quedó a un 0,4% de caer en el balance anual contra el euro.
Por otra parte, el peso argentino sufrió su mayor caída diaria frente al dólar en una década (del 13%), fruto de la incertidumbre económica y después de que el banco central del país retirase su intervención en el mercado de divisas por segundo día.