Los bancos españoles van camino de cerrar 2013 con una subida en bolsa que de media ronda el 45 por ciento y con el tercer mayor aumento de capitalización bursátil de los últimos diez años. El Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankinter amplían su tamaño bursátil en unos 38.400 millones este año, pero siguen sin poseer una recomendación de compra por parte de los expertos
Los bancos del Ibex 35 están a punto de cerrar uno de sus mejores años en bolsa de la última década. Han pasado de ser el enfermo que ponía en cuarentena al Ibex 35 a contar con la vacuna europea de la asistencia financiera y poseer las vitaminas necesarias para llevar al índice por encima de los 9.900 puntos. Santander, BBVA, CaixaBank, Popular, Sabadell y Bankinter -sin contabilizar a Bankia por su reciente entrada en el indicador- capitalizan ahora unos 38.400 millones de euros más que a principios del año. Hay que remontarse a antes de la crisis de deuda soberana de la periferia europea, concretamente a 2006 y 2009, para ver a la banca española ganando más dinero en bolsa que en el presente ejercicio.
La capitalización bursátil del conjunto de estas entidades alcanza ahora los 163.200 millones de euros, que representa el 32 por ciento del tamaño de la bolsa española. Lo que supone aumentar en un 31 por ciento el tamaño que tenían a finales del año pasado y acercarse algo más a los históricos 202.640 millones de 2007. En este incremento anual no sólo ha tenido que ver la subida del 45,5 por ciento que experimentan de media las acciones de estos bancos en 2013, sino también las ampliaciones de capital, las convertibles y el famoso scrip dividend o dividendo en acciones. Recuerde que cada vez que una compañía retribuye a su accionista con esta modalidad para evitar la salida de caja lo hace poniendo en circulación nuevas acciones. Esto explica que, por ejemplo, CaixaBank suba un 42 por ciento en bolsa y su capitalización crezca alrededor de un 63 por ciento en el mismo período de tiempo.
Vuelve el inversor extranjero
El saneamiento y la reestructuración del sector empiezan a dar sus frutos. A falta de menos de dos días para terminar el calendario bursátil de 2013, el sector -sin Bankia y Liberbank- va camino de despedir el año con la mayor subida en bolsa vista en la última década. "Los bajos niveles de partida de cotización, la mejora de las perspectivas económicas, el mantenimiento del mensaje del BCE en cuanto a política monetaria no convencional y la posibilidad de una nueva operación de refinanciación a largo plazo (LTRO)" son las principales razones que según Nuria Álvarez, de Renta 4, explican dicho balance. Además, la transferencia de los activos problemáticos al Sareb, la reclasificación del crédito refinanciado y el visto bueno del Gobierno para que la mayor parte de los DTA (créditos fiscales diferidos) sigan computando como capital... han permitido que vuelva a oírse en el exterior el ¡Viva España!.
2013 será recordado, entre otras cosas, por la entrada de inversores extranjeros en compañías españolas. Además del interés mexicano y chino por Campofrío y del desembarco de Bill Gates y George Soros en FCC, otros inversores también han querido participar en la historia de recuperación de la banca española. Es el caso del mexicano David Martínez y del colombiano Jaime Gilinski, que han entrado en el capital del Sabadell mediante una ampliación de capital por valor de 1.400 millones de euros.
O si no la reciente ampliación del Popular suscrita íntegramente por inversores mexicanos y liderada por la familia Del Valle con la que el banco español adquiere el 24,9 por ciento del mexicano BX+. Esta operación llegó precisamente un año después de la macroampliación que realizó por 2.500 millones para cumplir con los test de estrés de Oliver Wyman que arrojaban que el banco tenía unas necesidades de capital de 3.223 millones de euros en un escenario adverso.
Tras ese lavado de cara, el banco va camino de cerrar el año en positivo tras seis ejercicios consecutivos en números rojos. Sus acciones se apuntan su mayor subida en bolsa desde 1997 al avanzar más de un 50 por ciento y su capitalización supera ya los 8.300 millones de euros tras aumentarla un 70 por ciento. Un balance que solo ha podido superar Bankinter, que cotiza a 1,28 veces su valor en libros y el precio de sus acciones se ha duplicado al apuntarse alzas del 145 por ciento en lo que va de ejercicio. También de doble dígito son las subidas de CaixaBank y BBVA, mientras que las acciones del Santander y del Sabadell solo se anotan respectivamente un 5,7 y un 2,4 por ciento en 2013.
Las subidas generalizadas vistas en la banca española desde el verano han reducido hasta el 6 por ciento el descuento con el que cotizan respecto a su valor en libros -ahora cotizan de media a 0,94 veces el valor de sus activos, frente a las 0,62 veces del mes de julio- y han permitido a los bancos materializar en estos meses las plusvalías vendiendo autocartera. Según los datos de la CNMV, estas seis entidades han reducido su inversión en acciones propias en 2013 desde los 2.140 millones a los 435 millones de euros.
Sin rastro del 'comprar'
La banca española vuelve a disfrutar de la confianza de los inversores pero sin acariciar la recomendación de compra. Los numerosos retos que se le avecinan al sector en las próximas fechas mantienen a los expertos todavía prudentes con sus valoraciones. El consenso de mercado, recogido por FactSet, sigue sin ver potencial alcista en estos valores y solo BBVA y CaixaBank se escapan de la recomendación de vender. E incluso en la última revisión del Eco10 sólo permaneció un valor bancario (BBVA), mientras que Bankinter y Popular salieron de la cartera.
La elevada morosidad, la valoración de los activos (AQR) y los posteriores test de estrés a los que serán sometidos los bancos antes de que el BCE asuma la supervisión bancaria única siguen siendo algunas de las cuestiones que más frenan a los expertos. Más si cabe cuando todavía existe el riesgo de que se penalice la tenencia de deuda pública. "Aproximadamente un 9,5 por ciento de los activos de los bancos son deuda soberana" al emplear la liquidez de las LTRO a comprar deuda soberana con rentabilidades elevadas (carry trade), dicen en Morgan Stanley. A lo que se suma las dificultades para volver a beneficios de antes de la crisis, algo que los expertos retrasan hasta al menos 2016.