Eran muy pocos los que esperaban que el Banco Central Europeo diese la campanada y como ocurre en la mayoría de ocasiones, cuando menos lo esperas va Mario Draghi y te sorprende. Y es que apenas un 6% de los expertos estimaba que el BCE podía bajar los tipos de interés, como así ocurrió.
La institución monetaria volvió a hacer historia el pasado jueves al situarlos en el 0,25%, desde el 0,50%, un nivel en el que nunca se había establecido el precio del dinero desde la creación del euro. Una decisión que animó tanto a la renta variable como a la renta fija y desinfló la apreciación de la divisa comunitaria en su cruce contra el dólar.
No obstante, la aparición en escena de Estados Unidos, que anunció un crecimiento de su economía del 2,8%, frente al 2% que estimaba el consenso de mercado provocó la aparición de caídas. Además, la primera economía del mundo creó 204.000 empleos en octubre, muy por encima de los 120.000 que esperaba el mercado y los 163.000 que generó un mes antes. Eso sí, la tasa de paro subió una décima hasta el 7,3% como consecuencia del paro parcial que sufrió el Gobierno de EEUU.
Los bajistas toman el mando
Los datos de EEUU cambiaron el sentimiento de los inversores hacia las bolsas y las hizo teñirse de números rojos ante el miedo de que se acelere la retirada de estímulos económicos por parte de la Reserva Federal. En este sentido, el Ibex 35 se convirtió en el segundo selectivo más bajista de la semana. De hecho, a pesar de que llegó a superar los 10.000 puntos el jueves en el intradía, finalizó las últimas cinco sesiones con una caída del 0,93%, hasta los 9.747,2 puntos, por lo que se queda a un 2,6% de alcanzar los cinco dígitos.
"Para la próxima semana se espera que se mantenga la tendencia bajista en Europa y no sería descartable ver cotizar a nuestro selectivo en el rango de los 9.400-9.600 puntos. La pérdida de los 9.400 puntos complicaría la situación del Ibex y casi descartaría la posibilidad de cerrar el año cotizando en cinco dígitos", señala Javier Urones, analista de XTB. No obstante, en lo que va de año el Ibex sigue liderando las alzas en Europa al avanzar un 19,34%.
Repsol fue el encargado de encabezar las pérdidas al retroceder un 4% en una semana en la que anunció que su beneficio cayó en un 17,4% hasta septiembre, con respecto al mismo periodo del año anterior, como consecuencia de las interrupciones de producción en Libia y la caída de los márgenes de refino. Le siguieron Telefónica y Banco Sabadell con descensos del 3,19 y 2,94%, respectivamente.
En el caso del resto de índices europeos la tónica fue la misma. Los cifras negativas se impusieron en los principales parqués, tan sólo pudo salvarse el Dax alemán con un alza del 0,78% en las últimas cinco sesiones. La otra cara de la moneda la protagonizó el Ftse Mib, que fue el más bajista al ceder un 1,06%. El Cac 40 y el EuroStoxx 50 registraron pérdidas entre el 0,3 y el 0,6%. Pero la caída no fue lo único que protagonizó el país galo, la agencia de calificación crediticia S&P aprovechó el viernes para bajarle la nota, desde AA+ hasta AA, con perspectiva "estable".
Al otro lado del Atlántico, el Dow Jones volvió a lograr el viernes otro máximo histórico en lo 15.761,71 puntos. Subió alrededor de un 0,9%, en la que se convirtió en su quinta semana consecutiva en positivo, la misma tónica mantuvo S&P 500 que repuntó un 0,51 por ciento. Pero lo que realmente cobró protagonismo en Wall Street fue el debut de Twitter. La red social se estrenó en bolsa el jueves con una subida del 73%, que se frenó en el último día de la semana, en la que cedió en torno al 7%.
En el caso del mercado de deuda, la decisión del BCE fue celebrada en un primer momento, pero la bajada de rating de Francia volvió a sembrar algunas dudas entorno a Europa. De hecho, la prima de riesgo gala llegó a disparase 23 puntos básicos, hasta los 70 puntos, a lo largo de la sesión del viernes, aunque finalmente se relajó y cerró en los 47 puntos. Fueron principalmente las rentabilidades de los bonos a 10 años las que pagaron las consecuencias. Así, el papel a una década español cerró la semana en el 4,110%, desde el 3,971% con que comenzó la semana, mientras que el rendimiento del bund alemán escaló hasta el 1,757% desde el 1,691% que marcó el viernes pasado. Por su parte, el bono galo a 10 años se situó en el 2,224%, frente al 2,149% con que cerró la semana anterior.
El eco de las palabras de Draghi sí fueron recogidas positivamente por el euro que en su cruce contra el dólar se depreció alrededor de un punto porcentual registrando en la sesión del viernes la cota más baja de la semana en los 1,336 dólares.

