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¡Viva España, a largo plazo!

El dinero sigue saliendo de la deuda refugio por excelencia dentro de Europa, la alemana, mientras el mercado y los expertos muestran su preferencia por la española a largo plazo.

Bajo el título de ¡Viva España!, el informe elaborado por Morgan Stanley a mediados de septiembre fue de los primeros en plasmar que, en su opinión, el cambio de sintonía hacia España que el mercado empieza a evidenciar es real. Su confianza en que la crisis que durante años ha sacudido a la periferia europea no regrese, los signos de mejora de la economía española y la atractiva valoración de nuestra renta fija explican que el banco de inversión estadounidense prefiera comprar deuda pública española a corto plazo antes que alemana o deuda pública española a largo plazo antes que italiana. Su percepción coincide, en parte, con la del mercado: la deuda española gusta, pero incluso más que la considerada refugio por excelencia dentro de Europa, la alemana, también en el largo plazo.

Casi podría hablarse de un cambio de paradigma. Aunque ahora el optimismo sea la tónica general cuando se habla de España, lo cierto es que sólo hace un año y dos meses del día en que se desataron todas las alarmas. Fue el 24 de julio de 2012. Ese día, el rendimiento del bono español a una década traspasó cualquier terreno conocido hasta la fecha para marcar un récord en el 7,61 por ciento. Era el precio de la desconfianza de unos inversores que buscaban refugio en la deuda alemana (su rendimiento por entonces era del 1,23 por ciento) ante el temor de que España fuera el siguiente en la lista de países rescatados dentro de la eurozona. Ahora, el comportamiento de ambos activos es inverso. La menor aversión al riesgo ha desatado las ventas de deuda alemana disparando su interés a diez años hasta el 1,76 por ciento, lo que ha recortado la prima de riesgo española hasta los 237 puntos básicos.

La deuda española gana adeptos

Pero la pregunta que se hacen muchos inversores es si esta tendencia se acentuará aún más cuando la Fed empiece a retirar los estímulos a la economía convirtiéndose la española en un nuevo refugio o, por el contrario, si es cuestión de tiempo que el rendimiento de la alemana baje. En opinión de Aleksandra Tomala, responsable de research y estrategia en Morabanc, "el último rally post-FOMC (Comité de la Reserva Federal) nos parece un retraso de lo inevitable; habrá más subidas de tipos en treasuries y bunds". Los niveles actuales en los que cotizan ambos bonos y "la ineludible propensión de los tipos de interés a normalizarse hacia niveles más altos, hace que no resulte interesante posicionarse de forma estratégica en este tipo de activos", señala Banca March en su informe mensual de octubre.

Sin embargo, con una rentabilidad superior a la que ahora se puede encontrar a través de la renta fija refugio y cada vez con menor temor a que España impague -"los bonos españoles son los más seguros dentro del conjunto periférico" añaden desde Banca March-; la deuda pública española se proclama para los expertos como una de las alternativas de inversión más atractivas para el inversor retail (minorista) de cara a los próximos meses. "Prefiero deuda española antes que alemana, tanto a corto como a largo plazo, porque la alemana tiene mucho más riesgo de repuntar que la española. El interés de la deuda española se puede ir como mucho al 4,5 por ciento desde el 4,13 por ciento actual, pero es que la alemana se puede ir por encima del 2-2,5 por ciento", señala Estefanía Ponte, directora del departamento de análisis y economía de Cortal Consors. De hecho, el consenso de mercado recogido por Bloomberg estima que el interés del bund superará ya con claridad el 2 por ciento durante el primer trimestre de 2014.

Aunque los expertos consideran que el rendimiento del bono español a una década ya ha realizado la mayor parte de su recorrido -empezó enero situado en el 5,24 por ciento y ahora cotiza en el 4,13 por ciento-, eso no impide que los precios actuales a los que cotiza aún sean atractivos. Si su perfil es el de un inversor particular, Antonio Salido, director de marketing de Fidelity, considera que "a los precios actuales la deuda española sigue siendo una opción interesante". Ahora bien, "depende del tipo de inversor. Si eres una cartera de pensiones o una aseguradora necesitas tener calidad de crédito en el balance, ya no es tanto que te guste más o menos el par de rentabilidad que ofrece ahora mismo la deuda alemana, que le gusta a muy poca gente, es que tienes que tener unos mínimos de rating en cartera y hay muy pocos Gobiernos que tengan un buen rating", añade.

¿Mejoras de rating a la vista?

La deuda española a largo plazo tiene una calificación de Baa3 según Moody's frente a la triple A de la alemana. Sin embargo, "ahora que la economía española se va recuperando lentamente y que el Gobierno probablemente alcance sus objetivos de déficit, son reducidas las probabilidades de que España vea su calificación rebajada a bono basura, salvo que ocurran crisis imprevistas", apunta Tristan Cooper, analista de deuda pública de Fidelity. "Las agencias de calificación se verán forzadas a estabilizar las perspectivas de sus notas crediticias a finales de año conforme vayan registrándose crecimientos trimestrales positivos y vayan apareciendo pruebas de que el Gobierno está en el camino de cumplir sus objetivos presupuestarios", añade.

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