
En pleno día de reapertura de la Administración estadounidense el dólar se doblegó ante la divisa europea, ante la británica, ante la suiza... ¡y hasta la nipona! No hubo ninguna de las 10 divisas más importantes que no sacase pecho contra el billete verde, porque perdió fuerza frente a sus cruces más relevantes sin excepción. Gráfico al detalle: La divisa europea gana un 3,5% en el año contra el dólar
Su flaqueza fue aprovechada por el euro, que se apreció en torno a un 1% contra la divisa norteamericana. Alcanzó así los 1,366 dólares, el cambio más alto desde noviembre de 2011, con permiso del máximo intradiario que llegó a marcar en febrero de este año, cuando tocó los 1,371 dólares.
A falta de una, el dólar encontró varias excusas para este paso atrás. La primera tuvo que ver con las expectativas en torno a la retirada de los estímulos económicos por parte de la Reserva Federal, la otra, vino de fuera de las fronteras estadounidenses: la agencia de calificación de riesgos china Dangong recortó la calificación crediticia de EEUU después de que se llegase al fin a un acuerdo para elevar el techo de deuda. Aunque no se trata de una de las tres principales agencias de rating (S&P, Moody's y Fitch, quien también amenazó con quitar la triple A a la primera economía del mundo estos días), tuvo un fuerte impacto en la moneda. Mercedes Camacho, de Omega IGF explica que eso "disparó la depreciación del dólar contra el resto de divisas. Hay que tener en cuenta que China tiene las mayores reservas de dólares en el mundo, es el mayor acreedor de Estados Unidos".
La segunda derivada tiene que ver con que el Libro Beige publicado el miércoles revelase que el crecimiento económico de EEUU ha perdido momento y con varias voces que han apuntado en los últimos días desde la propia Reserva Federal que el cierre de la administración puede retrasar el debate de la retirada de estímulos. Ayer el presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, afirmó durante un discurso que "no es hora todavía de quitar estímulos. No hay suficientes datos económicos". Y es que con el cierre de la administración, la publicación de muchos de ellos ha sido pospuesta. "Seguramente la Fed volverá a recortar sus previsiones de crecimiento en diciembre", aseguró Marc Chandler, estratega jefe de divisas para Brown Brothers Harriman. "Las especulaciones sobre una posible reducción de las compras de bonos para entonces han desaparecido", añade.
Desde su punto de vista, los cambios en la cúpula de la Reseva Federal en marcha, la entrega del testigo a Janet Yellen y los problemas fiscales "en pausa" hasta el año que viene, no hacen más que poner presión al alza sobre el euro. Al fin y al cabo, la continuidad del conocido como Quantitative Easing -el programa por el que la Fed recompra bonos y activos hipotecarios por valor de 85.000 millones de dólares al mes- continuará intentando mantener los tipos de interés hipotecarios a largo plazo en niveles bajos, aunque el estímulo ya deja de surtir efecto.
Pero no habrá pistas relevantes hasta la reunión que mantendrá la institución monetaria los días 29 y 30 de octubre. "Nuestra impresión es que los máximos del año no los hemos visto en febrero, creo que asistiremos a ellos durante estos meses", apuntan desde Omega IGF. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga. Según explicaba ayer Nick Beecroft, de Saxo Bank, "es interesante observar cómo la fortaleza del euro cobra protagonismo entre los miembros del Consejo Europeo". Desde su punto de vista, si la divisa llegase a alcanzar niveles de 1,40 dólares, "podríamos ver algún tipo de acción por parte del Banco Central Europeo". Todavía está a un 2,4% de alcanzar ese nivel pero, en lo que va de año, la divisa europea ya se aprecia un 3,5% contra el dólar.
