De ser el mayor fabricante de teléfonos móviles a quedarse relegado a los últimos puestos. Pero tras un desplome en bolsa del 92% desde máximos históricos y soportando una recomendación de venta desde hace dos años por parte de los analistas, parece que el futuro de Nokia ya no es tan oscuro.
Nacida en 1865 como una compañía dedicada a la producción de papel de la mano del ingeniero de minas Fredrik Idestam, Nokia se convirtió en el mayor fabricante de teléfonos móviles al arrebatarle el puesto a Motorola en 1998. La finlandesa pionera en la fabricación de estos aparatos -en 1963 produjo el primer radioteléfono- llegó a tener una cuota de mercado del 40%. Todo esto no hubiera sido posible si Nokia no hubiera adquirido al fabricante de cables para telégrafo Finnish Cable Works y, con ello, cambiado de actividad tras la Segunda Guerra Mundial.
Con el cambio de milenio -a mediados del año 1999- sus acciones comenzaron la escalada, pero tuvieron que esperar hasta el 20 de junio del 2000 para registrar sus máximos históricos, al mismo tiempo que su capitalización alcanzó los 222.876 millones de euros. Con sus títulos cotizando en los 64,88 euros y su beneficio incrementándose hasta los 4.000 millones de euros -un 131,60% desde 1998-, ¿quién podía imaginar el destino que le esperaba a Nokia? Como bien formuló Newton en su Ley de la Gravedad, todo lo que sube, tiende a bajar, y como si de una flecha lanzada por un arquero se tratase, las acciones de la finlandesa iniciaron su declive. Desde entonces, cae más de un 92%, hasta los 4,89 euros en los que cotizan en la actualidad y su valor bursátil se ha desplomado a 18.300 millones de euros.
Hasta que Nokia vendió su división de fabricación de móviles a Microsoft, el consenso de mercado recomendaba deshacer posiciones en ella. Sin embargo, la operación ha hecho que cambie de parecer y que haya llegado el momento de mantenerlas. Es lo que aconsejaron los bancos de inversión durante 10 años hasta que la recomendación se degradó a vender en febrero de 2011.
Actualmente, se especula con que la finlandesa compre a la firma Alcatel. Los analistas de Barclays dan credibilidad a esta posible operación y han mejorado la recomendación de esta última, que pasa de neutral a compra. De realizarse la adquisición, ambas compañías saldrían beneficiadas y representarían una fuerte competencia para Ericsson.
Efecto 'Microsoft'
El pasado 3 de septiembre se conoció la noticia de que Microsoft había comprado el negocio de móviles de Nokia por 5.440 millones de euros, quedándose esta última con su división más rentable, la de las redes y servicios móviles -Nokia Solutions Networks-.
Desde entonces, el precio de las acciones de la finlandesa ha subido como la espuma y repunta más de un 65%. Hasta 30 analistas han revisado el valor en septiembre y cuatro lo han hecho este mes. De estos últimos, tres ya recomiendan adquirir títulos de la compañía. Si esta tendencia suma adeptos, la firma podría volver a ser compra.

De beneficios a pérdidas
En pleno apogeo de su negocio, la finlandesa consiguió unas cifras espectaculares. Tras coronarse como el rey de los teléfonos móviles en 1998, consiguió aumentar su beneficio neto en 600 millones de euros hasta los 1.700 millones. En tan solo dos años -en el 2000-, esta cifra ascendió hasta los 4.000 millones de euros. Pero no fue hasta 2007, cuando los móviles ofrecieron novedades como reproducción de música o cámara de fotos, cuando Nokia generó más de 6.700 millones de euros, consiguiendo así su máximo histórico.
Desde entonces, su beneficio neto comenzó a descender hasta que hace dos años -en 2011-, cuando la compañía registró pérdidas, por primera vez en su historia, por valor de unos 400 millones de euros. Éstas se vieron multiplicadas casi por 8 hasta superar los 3.100 millones. Sin duda, la fuerte competencia de Apple primero y de Samsung después, han tenido gran parte de culpa en ello. Sin embargo, tras la compra por parte de Microsoft parece que los números rojos se reducirán hasta los 375 millones en 2013, de acuerdo con los analistas. Pero la expectativa es que no se quede aquí.
Se espera que en 2014 vuelva a la senda del crecimiento y obtenga unas ganancias de 382 millones de euros, cantidad que se duplicaría en 2015 y casi de nuevo en 2016 -711 y 1.223 millones, respectivamente-.
A pesar de estos años de vaivenes, la finlandesa nunca ha estado endeudada. Su nivel máximo de tesorería lo alcanzó en 2004 con 11.500 millones en sus arcas. Incluso en los años que ha registrado pérdidas -2011 y 2012-, ha continuado generando caja. Los expertos estiman que al cierre de este ejercicio ésta caerá un 38,5%, hasta los 2.660 millones. Sin embargo, en 2014 los analistas pronostican que su caja se incrementará un 54 por ciento y superará los 4.000 millones. Y parece que ésa seguirá siendo la tónica, hasta que en 2015 se acerque a los 5.000 millones de euros, siempre y cuando se cumplan las previsiones del consenso de analistas que recoge FactSet.