
No importa si la cantidad que se quiera emitir es pequeña. Tampoco si es una empresa que el año pasado generó 15 millones de beneficio bruto o menos de 10 millones. La intención del Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), que se presentó oficialmente con la presencia del ministro de Economía, Luis de Guindos, y el presidente de BME, Antonio Zoido, es abrir sus puertas a cualquier compañía que pueda presentar las "cuentas anuales auditadas sin salvedades" de los dos últimos ejercicios.
"Normativamente no habrá requisitos más allá", afirmó Gonzalo Gómez, director gerente del MARF.
El objetivo, al final, es que sea un mercado más flexible que el oficial de renta fija. Para acceder al MARF, que ofrece a las empresas medianas una nueva fuente de financiación a través de la emisión de deuda, hay que presentar una serie de documentación (los estados financieros de los últimos dos años y una copia del informe de rating, entre otras cosas), pero "no hay limitaciones ni para el tamaño de la emisión, ni para el beneficio neto o el ebitda", aclaró encarecidamente Julio Alcántara, director general de AIAF, el mercado de renta fija. Alcántara se mostró confiado en que "antes de que finalice el año podamos tener varias emisiones en mercado".
En busca de más alternativas
La creación del MARF ha contado con un impulso político y así lo dejaron constar tanto los responables de este mercado como el ministro de Economía. De Guindos no sólo apoyó esta nueva fuente de financiación sino que adelantó que habrá más actuaciones. Anunció que antes de que acabe el año se aprobará una "nueva ley financiera en la que se presentarán todos los instrumentos alternativos" a la financiación bancaria.
Ante la restricción al crédito para las familias y pymes, el Gobierno pretende modificar la normativa de instituciones de inversión colectiva y fondos de inversión para que sigan desarrollándose y cuenten con más flexibilidad. Todo con el fin de acercar a las pequeñas y medianas empresas a esos canales alternativos que están aprovechando las grandes compañías.
Claro perfil inversor
Todas estas iniciativas, que están orientadas a que las medianas compañías encuentren financiación, tienen como principal destino a los inversores institucionales. El MARF está dirigido a inversores cualificados, por lo que se ha impuesto una inversión mínima de 100.000 euros. Ya "hay un colectivo de inversores potenciales importante", aseguró el director gerente del nuevo mercado, apuntando a que serán ellos los que al final pondrán requisitos a las compañías.
Buscarán empresas con resultados positivos, que estén orientadas al exterior o cualquier variable que les permita asumir el riesgo de invertir en empresas menos conocidas. Por otra parte, aunque la plataforma del MARF está preparada para que el inversor compre y venda como en el mercado de acciones, lo previsible es que muchos se queden a vencimiento.